«Ha sido una semana de locos». Lo reconoce Pedro Munitis, que sabe que mañana quizás no pueda verse aún el Badajoz que quiere. Solo ha podido hacer una minipretemporada de cuatro días, con cinco sesiones de trabajo incluyendo la de este sábado. «Hemos trabajado el ataque, la defensa, el ataque en campo rival, hoy [por ayer] el balón parado y mañana [por hoy] seguiremos con más conceptos». Muchos cambios y poco tiempo para asimilarlo.

Y Munitis, que ha sido cocinero antes que fraile (tiene casi 20 temporadas como futbolista a sus espaldas), sabe que no es fácil cambiar de la noche a la mañana, por muy buena que sea la actitud de los jugadores, que lo ha sido, por muy receptivos que hayan estado, que lo han estado. «Los he visto con muchas ganas», decía este viernes el técnico blanquinegro a la prensa, «saben que es un año importante».

Con un tono muy comedido, Munitis aseguraba que los últimos días no han sido fáciles, que hay mucho que trabajar y poco tiempo. «Algo que trabajas en una pretemporada tienes que intentar transmitirlo en una semana. Por momentos entran hasta ataques de ansiedad», decía el técnico, que para mañana tiene la baja de Chris Ramos, esperada, y la de Sergi Maestre, esta inesperada tras arrastrar un problema en el aductor desde el partido del pasado domingo. «Sabes que muchas cosas no van a calar y así se lo hemos transmitido a los jugadores, que deben sentirse seguros antes de aplicar cualquier cambio», explicaba.

El Badajoz tiene mañana un partido de esos que se pueden definir como muy importantes, aunque Munitis dejó muy claro que pase lo que pase no es definitivo, pues aún habrá otras catorce jornadas por delante. Eso sí, sabe que sacar un resultado positivo sería lo mejor más allá de los tres puntos y dejar al Córdoba a cinco. «No sería bueno, sería lo siguiente» por el hecho de empezar con buen pie.