Fue un espectáculo desde el inicio, una vez más. La Sierra de San Bernabé aguardaba con frescura mañanera que se diera la salida de la VIII edición de Crono Asperillas. Previamente lo hacían los senderistas, que recorrerían la ruta de los Castaños Centenarios acompañados de su guía. En la carrera por su parte, más 140 atrevidos corredores se daban cita, retadores, en Casas del Castañar.

A partir de las 09.30 y con un intervalo de 20 segundos, cada uno de los participantes iba tomando la salida, deseando enfrentarse a la singular prueba de 14,5 kms por caminos, veredas y senderos entre robledales y castañares.

En la categoría masculina, Mario Mirabel encadenaba zancadas de vértigo para arañar segundos y tratar de rebajar el récord que él mismo estableció dos años antes.

Y así lo hizo, el atleta torrejoncillano, el chico feliz de la ‘Kenia extremeña’, el entusiasta competidor, se plantó en la línea de meta con un sensacional tiempo final de 59’53’’. Le acompañaron finalmente en el cajón de los honores Javier González (GSM Tornavacas) y Álvaro Gil (CD Jerte).

Las chicas

En categoría femenina, la lucha por la victoria fue más que interesante, y es que en tan solo un intervalo inferior a 15 segundos se clasificaban las tres corredoras que subían al podio absoluto, la jovencísima e internacional Paula Sellers (Tierra Trágame) se colgaba la presea de oro, siendo Minerva Muñoz (GPM Trail) y Esmeralda Quinana (Trail Comesuelas) segunda y tercera clasificadas respectivamente.

Los pequeños

Por su parte, en la Mini Crono, Fernando Núñez y Celia Testón (ambos miembros de la Selección Extremeña de Carreras por Montaña) se llevaban la victoria en una prueba que año a año sigue creciendo y, lo que es más importante, sigue divirtiendo.

Posteriormente, se celebraron las carreras infantiles, donde los niños/as disfrutaron de varias carreras, poniendo el punto final a una jornada montañera con una comida para todos. El trabajo incansable de los más de 50 voluntarios y de toda la organización, han hecho que esta localidad del Jerte se convierta en la capital regional de las pruebas de montaña.