Paco Miranda tomó ayer las riendas del Badajoz como entrenador después de la marcha de Miguel Angel Zurdo López y de la decisión del presidente, Antonio Barradas, de no apostar por Javi Pereira, técnico del filial. Miranda ha sido jugador y entrenador en las categorías inferiores del Badajoz, además de dirigir la pasada temporada los destinos del Mérida en Segunda División B y meterlo en la liguilla de ascenso.

"No soy un salvador, vengo a trabajar serio, sudaré hasta la última gota que tenga para intentar sacar esto y estoy convencido de que lo voy a hacer lo mejor que sé y a darlo todo por el Badajoz, que es la ciudad en la que vivo desde hace 20 años", indicó.

Miranda reconoce que "es un reto difícil" y le gustaría que en lugar de quedar once jornadas quedaran 20 o 25, "porque tendría más tiempo para trabajar tácticamente al equipo como a mí me gusta. La lástima es que no tenemos tiempo para cometer errores ni para aprender. Hay que empezar sumando puntos desde el próximo domingo en Oviedo si es posible".

EL FUTURO

El nuevo técnico conoce la plantilla del Badajoz, aunque tampoco con demasiada profundidad. "No lo he visto mucho pero sí en varias jornadas", y destacó que "vamos a tener que trabajar contrareloj para que veamos al equipo que me gustaría. La plantilla tiene algunas deficiencias pero también tiene muchas virtudes que trataremos de explotar lo máximo posible". Puso tres condiciones para fichar por el Badajoz: tener a Ricardo Fernández Montaño como segundo entrenador, un ayudante que no ha desvelado e imponer su ley en el vestuario. "No he pedido ni un euro más de lo que se me ha ofrecido, sino que quiero total fuerza deportiva dentro del equipo para que si algún jugador no está en la dinámica que pretendo poner en marcha, si tiene que irse, tendrá que irse, pero no quiero que en el vestuario haya nadie que reste al equipo", aseguró.

Por último, Miranda reconoció que "no me esperaba fichar por el equipo, ya que Barradas me llamó cerca de las doce de la noche. He estado tres años de jugador, tres de segundo entrenador, he llevado en otro al juvenil y he estado en el equipo de Tercera División varios años. Soy un hombre de la casa y salí en unas circunstancias porque el entrenador que había tenía contrato y había que colocarlo en el equipo de Tercera".