Dejamos atrás el año 2012 con sus buenos y malos momentos y comenzamos un nuevo año con energías renovadas, al menos en lo que a propósitos se refiere.

Está claro que las cosas se consiguen trabajando día a día, el deporte, o al menos el mío, un deporte de esfuerzo, es lo que me ha enseñado. Pero también que para que esa rueda interior no pare de moverse y de levantarnos cada mañana, hace falta tener objetivos más a largo plazo, ilusionantes, que, como me pasa a veces, nos hagan sonreír en los momentos duros, en mitad de un entrenamiento duro, con frío y lluvia, cuando sabemos que vamos en el buen camino.

Cada uno tiene que buscar esos objetivos, sopesarlos y creérselos, yo ya me he buscado el mío, se llama Campeonato de Europa de maratón y se disputa dentro de 83 semanas en Zurich, Suiza.

El camino será realmente largo, en total más de 12.000 kilómetros de entrenamiento en ese tiempo. Y para ello habrá que trabajar muy duro, que la salud nos respete.

Está bastante claro que pasaremos por momentos complicados con alguna lesión, y habrá que ir dando los pasos adecuados para conseguir los méritos para que nos seleccionen para el mismo, pero eso es lo que me hará levantarme y luchar cada día.

El deporte es una escuela de vida y más en estos días, debemos aprender de los deportistas, de cómo superan sus malas rachas, de cómo siguen soñando a lo grande a largo plazo y trabajando constante y duramente en el día a día.

Os pido una tarea para todos estos días: preguntadle a vuestros familiares, amigos, compañeros si son deportistas, cuáles son realmente esos grandes objetivos que se han marcado. Supongo que muchos de ellos dudarán, otros no sabrán que contestar sorprendidos, pero los compañeros de rodaje, de salida en bici, de equipo seguro que lo tienen muy claro.

Feliz año 2013 y contadnos vuestros "grandes objetivos", o escribidlos como yo. Al final, todos caminaremos juntos en su búsqueda.