Tres finales: dos medallas, una de oro, una de bronce y un cuarto puesto. El balance de Río no puede ser más espectacular para Mireia Belmonte, que cerró su participación en los Juegos con el cuarto puesto en la final de los 800 libre. La carrera se convirtió en una nueva exhibición de la estadounidense Katie Ledecky que se colgó el oro, como estaba previsto, batiendo además el récord del mundo con un estratosférico crono de 8.04.79 minutos, una rebaja de casi dos segundos de la plusmarca que ella misma poseía (8.06.68).

Con su victoria, Ledecky completó un triplete único (título olímpico en el 200, 400 y 800 libre) que nadie había repetido desde que lo consiguió la estadounidense Debbie Meyer en los Juegos de México 68. La plata en la final del 800 fue para la británica Jazz Carlin y el bronce de la húngara Kapas, que avanzaron en más de dos segundos a Belmonte (8.18.55).

A pesar de entrar en su último día de competición, después de participar en cinco pruebas, Belmonte dio lo mejor de sí misma, rebajando también el récord de España que estaba en su poder (8.18.76) desde los Juegos Olímpicos de Londres, en el 2012, de los que se fue con una medalla de plata en la distancia. "Con un tiempo mejor que el que conseguí entonces me he quedado fuera del podio. Eso da una idea de cómo evoluciona la natación y la progresión que ha existido en esta prueba", explicó Mireia. "Todo el mundo me decía 'a ver cómo te va'. Pero yo sabía que iba a ser muy complicado. Así que lo que he intentado es salir a tope, aguantar y jugármela al final, como siempre".

Su táctica le sirvió para mantenerse en posición de podio hasta los 250 metros, muy lejos de Ledecky que ya abrió un margen imposible de enjugar en el primer hectómetro --"ni la he podido ver, sabía que iba delante, pero ya está, es un monstruo"-- pero no pudo responder en las siguientes vueltas a la intensidad de Jazz Carlin, plata también del 400 libre, y el ataque furioso de la húngara Kapas.

"He salido que casi no podía caminar, pero lo he luchado hasta el final. Que me duelan tanto las piernas es una buena señal, es que lo he dado todo", remarcó Belmonte, inmensamente feliz por el balance. "Estoy súper contenta con el bronce del 400 estilos. No me lo esperaba. Era una prueba que veía muy lejos. Qué puedo decir del oro del 200 mariposa. Me hace feliz. Y una cuarta plaza aquí es una buena despedida", afirmó orgullosa, tras llevarse diploma, para dejar claro que piensa seguir hasta Tokio. "Tengo 25 años, estoy en la flor de la vida y me gusta demasiado la natación para dejarlo".