Desde que Dani Pedrosa, piloto del equipo Repsol Honda de MotoGP, se fracturó la clavícula izquierda en Motegi, en octubre del 2010, ha pasado ya (la última vez ayer) por diversos quirófanos para operarse, con dos médicos diferentes, de sus dos clavículas.

Xavier Mir realizó la primera operación en la clavícula izquierda y ayer hizo la segunda en la clavícula derecha. Y el doctor César García-Madrid realizó la primera cirugía en la clavícula derecha y la segunda en el hueso izquierdo. Es evidente que ni Pedrosa ni su mánager, Alberto Puig, parecen satisfechos del trabajo desarrollado por los médicos.

No hay duda de que los motivos que les han hecho cambiar continuamente de galenos se mantendrán en secreto, de la misma manera que se sigue silenciando la forma en la que Pedrosa se fracturó (todo parece indicar que el pasado 29 de mayo) por segunda vez la clavícula derecha, de la que fue intervenido ayer por el doctor Mir en el Institut Dexeus.

Uno de los dos comunicados difundidos ayer hablaba de que la operación se hacía "porque un pequeño fragmento de hueso se había desplazado". Un hueso no se desplaza guardando reposo, de ahí que cobre fuerza la posibilidad de que, la semana de Montmeló, Pedrosa quisiese conocer el auténtico estado de su clavícula y decidiese entrenar con una moto de supermotard o cros. Y es evidente, aunque en Repsol Honda no lo digan, que pudo ser una caída la que provocase el misterioso y no explicado desplazamiento de un fragmento de hueso.