Todos los clubs de Segunda, a excepción del Murcia que a última hora votó en contra de la propuesta, y siete de Primera ratificaron ayer su decisión de no iniciar las competiciones oficiales la próxima temporada si no llegan a un acuerdo satisfactorio con las televisiones. El escenario de las negociaciones sigue muy complicado, según el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Pedro Tomás, quien agotará su capacidad de maniobra para hallar un punto de encuentro en los intereses de los modestos y de los poderosos, agrupados en el denominado G-12 al que ahora podría añadirse el Murcia, que han optado por las contrataciones individuales. Este grupo de clubs, encabezado por el Madrid y el Barcelona, no acudió ayer a la asamblea extraordinaria de la LFP.

"Se trata de llamar la atención sobre la necesidad de que los componentes de Primera y Segunda tengan un buen contrato de televisión para poder iniciar los campeonatos. Si no, será realmente imposible", dijo el presidente de la LFP, que calificó como importantísima la dependencia porcentual que tienen los clubs, sobre todo los más modestos, de los ingresos audiovisuales.

CONFLICTO DE INTERESES

Tomás mantiene la esperanza de evitar la fractura en el futbol profesional, descartando de entrada la posibilidad de la organización de una Liga paralela, ya que la Ley del Deporte lo imposibilita. "Lo importante ahora es no caer en enfrentamiento y descalificaciones mutuas. Estamos en una situación de conflicto de intereses y no quisiera que tenga continuidad", añadió el dirigente del a LFP, que se esforzará por restablecer el diálogo y convencer a los que todavía no tienen contrato --sólo el Madrid, el Bar§a y el Atlético lo tienen firmado-- de que lo mejor es la negociación colectiva. Sin embargo, la tensión con los grandes vuelve a aumentar con la propuesta de la asamblea, que tiene que aprobar el CSD, de que los equipos filiales que suban a Segunda División no tengan voto. La Liga está defraudada con la actitud de Audiovisual Sport, con la que no hay conversaciones en estos momentos, y negocia con otros posibles compradores que no especifica, siempre con la idea de concretar una oferta al alza para los 39 clubs sin contrato. "El escenario español es difícil, pero estoy convencido de que nuestro producto es el más premium de todos para todo tipo de televisiones", manifestó Tomás.

GRAVES PERJUICIOS

En una nota pública, los reunidos ayer lamentan los perjuicios que les causan las obligaciones y limitaciones que impone la Ley de Retransmisiones de 1997. Se refieren a los partidos en abierto, cuya obligatoriedad sólo existe en España y cercena la capacidad de venta, y al uso ilimitado del derecho a la información en materia de goles y resúmenes, lo que dificulta enormemente la comercialización óptima de los derechos audiovisuales.

La Liga de Fútbol Profesional es optimista, por otra parte, en cuanto a la respuesta del Gobierno a su petición de aumento de "la cantidad insignificante" que recibe el fútbol de las quinielas, ya que no refleja la importancia de los clubs en la generación de los ingresos y en el valor de marca. La LFP aspira a que el porcentaje aumente del 10% a un 20% como mínimo y para ello están realizando distintas presiones.

Para Juan José Hidalgo, presidente del Salamanca y vicepresidente de la Liga, se trata de buscar más equilibrio, "porque la realidad es que el fútbol está arruinado. Este año pasaremos de los 2.000 millones de euros (332.000 millones de pesetas) de deuda. El modelo pasado no ha sido bueno y estamos pagando el despilfarro de los últimos años".