El Gobierno francés ha cambiado finalmente su intención de imponer al Mónaco la misma fiscalidad que al resto de los clubes del campeonato galo, en particular el impuesto que grava con el 75% a los que ganen más de un millón de euros.

El ministro de Presupuesto, Michel Cazeneuve, ha convencido a los diputados de que no adoptaran la enmienda que obligaba al club del Principado a pagar esta tasa, pese a que tiene su sede social en un país extranjero. Lo ha hecho, según ha explicado, al considerar que ese punto podía provocar que la ley fuera inconstitucional, lo que amenazaba con su anulación total. Los diputados habían votado a favor de esa enmienda que forma parte de la ley de Presupuestos, que está siendo debatida estos días en el Parlamento.

La enmienda imponía la tasa del 75% a los asalariados de todos los clubes deportivos afiliados a una federación francesa y que disputaran un campeonato galo. Al retirarla, el club del Principado podrá seguir pagando solo los impuestos de Mónaco, que tiene una presión fiscal muy inferior a la francesa, lo que le permite pagar salarios más altos a sus estrellas.

Entre esos astros está Radamel Falcao, por el que la entidad monegasca pagó 60 millones a finales del pasado mayo y que cobrará 14 millones por temporada hasta el 2018. Eso si no se marcha antes, pues el delantero colombiano no ha jugado los últimos tres partidos supuestamente "por una molestia en una pierna", aunque ya hay quien habla de divorcio entre el jugador y el entrenador, Claudio Ranieri.

Amenaza de huelga

La tasa del 75%, una promesa electoral de François Hollande, ha provocado un conflicto del mundo del fútbol con el Gobierno y fundamenta la amenaza de una huelga de los clubs, la primera desde 1972. El paro estaba de hecho convocado para el primer fin de semana de noviembre, pero los clubes decidieron retrasarlo para negociar con el Ejecutivo. Según la Liga de Fútbol Profesional, además del Mónaco, otros 13 clubes deberán pagar ese impuesto, que costará al fútbol galo unos 44 millones de euros.