La relación nació entre los yates, a las puertas del Casino, en el reflejo de los lujosos hoteles del Principado. El idilio entre la F-1 y la televisión comenzó aquí, en las calles de Mónaco, con la primera grabación en HD, las primeras cámaras 'onboard'… Corría el año 1962. Casi medio siglo después, sigue siendo el gran premio con más telespectadores del año y, en esta edición, se ha convertido en un laboratorio para medir el alcance de las medidas que Liberty Media estrena para frenar la caída de audiencias.

Con el panorama de oferta deportiva televisiva mucho más despejada que dos semanas atrás en Barcelona, será el momento de examinar la primera medida de la F-1: el retraso del horario tradicional de las 14:00 a las 15:10 horas. “Una investigación revela que se puede alcanzar una mayor audiencia si se retrasa el comienzo, especialmente en verano”, señala Sam Bretches, responsable de márketing y televisión de Liberty Media, los dueños de la F-1 desde hace un par de años. El de los 10 minutos es un guiño, sobre todo, a televisión en Estados Unidos. “Por lo general, las cadenas de televisión salen al aire precisamente a la hora en punto, por lo que se pierden la tensión y emoción que caracterizan los minutos previos a la salida de cada Gran Premio”, añade Bratches.

Máxima audiencia en el 2010

De los más de 500 millones de espectadores únicos en todo el mundo de la temporada 2010, se bajó a los 425 millones de 2014, a 400 millones en 2015, 390 millones en 2016 y 352 la pasada temporada. España está fuera del grupo de los grandes mercados (Brasil, Gran Bretaña, Alemania e Italia) pero sí forma parte de los 20 mercados principales. El GP de España fue el primero en estrenar el horario de las 15:10 dos semanas atrás. En su primer año en exclusiva en el gran premio de casa, Movistar aumentó de 350.000 a casi 500.000 espectadores la audiencia en España, pero la F-1 perdió los 2,5 millones de espectadores que seguían la carrera por TVE y TV3 en años anteriores. Solo en esa carrera y en España, la F-1 ha perdido más dos millones de espectadores.

Hamilton firma autógrafos AFP / BORIS HORVAT

Pero el paso de la televisión en abierto al pago —o la fórmula mixta— no es el único motivo del descenso de audiencias a nivel global. “La F-1 se ha vuelto algo muy previsible. En febrero ya puedes adelantar quién va a ganar, o cómo serán las parrillas de cada gran premio”, se queja Fernando Alonso. La política de los grandes equipos como Mercedes o Ferrari de evitar cualquier tensión entre sus pilotos —Hamilton y Vettel con los claros pilotos 'número 1' frente a Bottas y Raikkonen— ha restado pasión, morbo e interés. “Si Ecclestone siguiera al frente de la F-1 hubiera llevado ya a Hamilton a pelearse con Vettel en Ferrari”, dice Mark Webber, retirado de la F-1 tres años atrás, al que esta F-1 también el parece algo más aburrida.