El Real Madrid, después de avanzar a trompicones por la Liga de Campeones en las dos primeras fases del torneo, afronta su partido más importante de la temporada en Moscú, ante el Lokomotiv, un compromiso en el que sólo le sirve la victoria si quiere evitar sobresaltos. El triunfo en la capital rusa, sobre un campo en pésimo estado, es sinónimo de acceso a los cuartos de final para el campeón de Europa. Si no lo consigue, su pase a la siguiente ronda sólo será posible si el Borussia Dortmund no vence en Milan.

Los problemas del Real Madrid en la segunda fase del torneo comenzaron, precisamente, ante el Lokomotiv. El empate ante el equipo ruso en el Bernabéu en diciembre le dejó un lastre muy pesado.

El equipo de Vicente del Bosque ha podido con esa carga gracias, sobre todo, al agónico empate que logró en Westfalenstadion ante el Borussia Dortmund (1-1) con un gol de Portillo en el minuto 92, y al triunfo del miércoles pasado sobre el Milán (3-1) con Raúl como director de orquesta.

Salió airoso de su primera final en Alemania y también de la segunda ante el equipo italiano, pero los goles de Portillo y Raúl sólo habrán servido para algo si el Real Madrid supera la tercera en Moscú.

En la capital rusa le espera un Lokomotiv que, en teoría, está mucho menos motivado que el líder de la Liga española. Sin opciones de alcanzar los cuartos de final, el equipo de Yuri Semin afronta el encuentro sin tensión. Puede ser una ventaja para el Real Madrid, pero también un inconveniente.

LA HORA DE LAS ESTRELLAS

El equipo blanco ha demostrado en los últimos tiempos que no suele fallar en los partidos trascendentes. El del martes lo es, y mucho. Es de esos encuentros que deben decidir jugadores como Ronaldo, Zidane, Luis Figo o Raúl González.

Quien se lo va a perder es Roberto Carlos. Vio una tarjeta amarilla ante el Milan y tiene que cumplir un partido de sanción. Su sustituto será Solari. Helguera es duda.