Nadie en el baloncesto extremeño tiene motivos para ponerse nervioso en este inicio de temporada. Ya con todas las competiciones federativas en marcha excepto la Liga EBA, la sensación general es positiva, al menos después de este fin de semana. Hay motivos para soñar con que todos cumplirán sus objetivos dentro de unos meses.

La cúspide de la pirámide en cuanto al apartado masculino es el Cáceres 2016, que el viernes se quitó la insoportable presión de no haber ganado aún. Costó mucho más de lo que pueda indicar el 92-75 final ante el Gandía, pero era un partido de esos asociados con la palabra "trampa". Importaba mucho más ganar que cómo. Finalmente, la sensación es de esperanza porque el equipo supo rehacerse en el momento más complicado, aunque de puertas adentro se reconozcan que todavía quedan muchas cosas por mejorar.

La próxima estación para los de Manuel Piti Hurtado --que ha pasado parte del fin de semana en Descargamaría en el homenaje al fallecido padre Pacífico-- es La Palma. Los canarios son un equipo extraordinariamente fuerte en su pabellón, aunque, como se vio el sábado en Vic, tienen sus puntos débiles (92-63). Muchas miradas estarán en dos jugadores del Cáceres 2016: Adrian Moss, que podría reaparecer tras su esguince, y Mike English, ansioso de brillar tras no pasar la prueba con La Palma hace un año.

DERROTA, PERO CALMA En LEB Plata, el Plasencia Extremadura perdió su primer partido de la temporada. Fue en Palencia ante uno de los aspirantes al ascenso directo (93-81). Faltó la aportación estadística de Edward Santana, que habitualmente va a estar muy por encima de esos 6 puntos y 3 rebotes que firmó frente a su exequipo. Pese a ello, la imagen global fue buena y la expectativa que se levantó después de la doble victoria ante Gijón y Cornellá debe quedar intacta.

Mientras el debate sobre si el equipo debe jugar en casa los viernes o seguir haciéndolo los sábados, espera el Ourense Grupo Juanes de Dani García que viene de sumar su primer triunfo (84-79 ante el Qalat).

El reestreno en LEB Bronce no resultó positivo para el Mérida Patrimonio de la Humanidad (52-55), una derrota dolorosa por cómo se produjo, ya que el conjunto de Sergio Lamúa ganaba por tres puntos a falta de 30 segundos y dos errores inexplicables le dieron la vuelta al marcador ante el sorprendido Sant Josep de Girona. En el partido pudo percibirse lo bueno y lo malo del nuevo proyecto emeritense, compuesto por jugadores muy jóvenes y atléticos llenos de ilusión pero que deben adquirir un mayor poso para afrontar con garantías los momentos delicados.

En todo caso, el Mérida, que el próximo viernes visita a otro de los poderosos de la competición, el Archena, afronta mejor armado que la pasada campaña su lucha por mantener la categoría.

El horizonte es especialmente diáfano en el baloncesto femenino y más concretamente en Badajoz, donde el Proffasa puede ser considerado sin miedo a equivocarse como un candidato claro al ascenso. Las dos victorias conseguidas hasta ahora --por un promedio de 24 puntos-- son el primer aval de un equipo que tiene de todo, desde los triples de Valentina Aragonese a la fuerza bajo tableros del trío Nereida Ramírez-Jerica Watson-Itziar Germán. La visita al Aros del próximo sábado se presenta propicia para seguir sumando y dando miedo a los futuros rivales.

El Iniexsa Cáceres 2016 también ganó (77-72 al Arxil), complicándose la vida al final, pero lograr la primera victoria siempre es una buena noticia. La prueba del sábado ante el Arranz Jopisa Burgos, un recién ascendido, se prevé dura.