2 - MÉRIDA: Javi Montoya, Felipe Alfonso (Álvaro Barbosa, min.73), Nacho González, Erik, Héctor Camps, Marc Carbó, Mario Robles, Chirri Monje (Emilio Cubo, min.67), Javi Zarzo (Gian, min.80), Marc Fraile (Jaume Tovar, min.80) y Dani García.

0 - MELILLA: Rubén Gálvez, Pepe Romero (Altimira, min.46), Álvaro González, Isma Aizpiri (Álvaro Molina, min.75), Jorge Gutiérrez (Álex Segura, min.75), N´Diaye, Borja Díaz, Nando Quesada (Agus Alonso, min.46), Fran García, Mawi (Juanca, min.69) y Al Watani.

Goles: 1-0: minuto 27, Javi Zarzo. 2-0: minuto 77, Marc Carbó.

Árbitro: Bueno Prieto, madrileño. Amonestó a los locales Héctor Camps, Nacho, Mario Robles, Marc Carbó y Emilio Cubo; y a los visitantes Álvaro González, Al Watani y Agus Alonso.

Incidencias: Estadio Romano. 1600 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de José Ramón Triviño, exjugador del Mérida Industrial.

La única buena noticia para el Mérida minutos antes de que arrancara su partido frente al Melilla, es que su afición podía acceder a las gradas del Romano. Viendo la hoja de las alineaciones, los emeritenses no podían siquiera completar la convocatoria ante las bajas de Edu Cortina, Fer Pina, Garci y Guille Andrés.

Con razón el entrenador local no quiso dar pistas en la previa, porque enfrente estaba el líder con pleno de victorias y su equipo estaba diezmado, tanto en lo físico como en lo anímico después del mal arranque liguero. Sin embargo, el fútbol volvió a mostrar su cara más imprevisible y los emeritenses fueron capaces de llevarse una victoria (2-0) que va más allá de los tres puntos en liza, ya que debe convertirse en un chute de confianza que suponga un punto de inflexión en el equipo.

El partido no fue el mismo en cada parte. En la primera no se pisaron las áreas y todo fue una lucha en el centro del campo en el que el Melilla fue mejor. En la segunda se perdió el control y apareció más el corazón. Ahí destacaron los locales con el aire a favor del marcador.

Minutos de tanteo

Sobre un césped que no permitía muchos alardes, el Melilla salió a controlar el juego en el centro del campo con la intención de hacer un partido largo en el que poder jugar con la ansiedad del Mérida, ante los suyos y necesitado de puntos. En este contexto, los melillenses parecían tener controlada la situación, aunque sin ser capaces de generar jugadas realmente peligrosas. Los emeritenses, por su parte, realizaron un gran despliegue físico, ya que no eran capaces de dominar a través de la pelota.

A veces, en el fútbol la suerte de un equipo cambia por un simple detalle y eso fue lo que ocurrió en el minuto 27. Una cesión sin aparente peligro de la defensa melillense hacia su portero, Rubén Gámez, se convirtió en un regalo envenenado, pues justo antes de despejar el cancerbero, la pelota botó delante pegándole con la espinillera. El mal despeje lo aprovecha Javi Zarzo, que había hecho una mínima presión, pero incluso el delantero disparó tan mal de primeras que se dio la vuelta pensando que la había lanzado fuera y fue su compañero Dani García el que al abrazarle le avisa de que la pelota mansamente había sobrepasado la línea de gol.

Quizás, toda la mala suerte de las primeras jornadas para los romanos se había transformado en un golpe de fortuna.

El gol no supuso un gran cambio en la película del partido, ya que se seguía viendo a un Mérida que corría mucho y a un Melilla que no conseguía generar peligro. Solo en la última acción del primer acto, Javi Montoya, portero local, tuvo que meter una buena mano para evitar un gol olímpico intentado por Al Watani.

Un partido distinto

El paso por vestuarios sí dibujo un partido distinto. Aloisio, técnico melillense, hizo doble cambio. Movió al lateral derecho y metió más centímetros en la delantera con Agus Alonso, pero el cambio real fue el del Mérida, en su forma de jugar. Presionando más arriba e imponiendo más velocidad en las bandas. En una de estas acciones, Javi Zarzo hizo una gran jugada individual desde la izquierda, entró en el pico del área y dribló a un defensa para quedarse ante el portero, pero Rubén Gálvez salvó el segundo gol local con una gran intervención.

Aunque el Mérida estaba siendo mejor, enfrente había un gran equipo con grandes jugadores, tal y como demostró Fran García, quien fue capaz de protagonizar un gran contrataque, apoyarse en Al Watani para que le cediera dentro del área, aunque el disparo final de García, en una posición muy ventajosa, se fue arriba. Fue la mejor ocasión de su equipo.

A partir de ahí, los locales rondaron el segundo gol en varias acciones. Primero en una contra de Dani García al que le falló el último pase; también en un centro chut de Felipe Alfonso que cerca estuvo de sorprender al portero. Incluso Dani García consiguió marcar en una chilena espectacular, pero fue anulado por fuera de juego. El segundo y definitivo tanto fue un auténtico golazo en una jugada soñada por cualquier medio centro. Anticipación de Marc Carbó robando en fase de creación del rival, avanzó hasta la media luna y derechazo inapelable para poner el delirio en las gradas.

Desde el banquillo, Mori fue intentando refrescar a su equipo como podía, teniendo en cuenta los pocos efectivos con los que contaba, haciendo debutar al canterano Gian. También tuvo minutos de mucha calidad Álvaro Barbosa demostrando la importancia que va a tener en el proyecto emeritense.