Era una persona extraordinariamente abierta. Muy amigo de sus amigos, siempre cercano, siempre amable. José Luis Casares, que trabajó para el Cacereño en dos épocas muy diferentes (años 50-60 y años 90), fue enterrado ayer tras su fallecimiento, este fin de semana. Por eso se guardó un minuto de silencio por él ayer en el Cacereño-Castuera. Tenía 89 años y en su última etapa fue mano derecha de Ángel Carrasco en una época en la que fue incluso gerente, una vez volvió de Tarragona, donde dirigió un hotel. En los 50 fue secretario técnico del CPC, haciéndose cargo de los fichajes de históricos del Cacereño.