Qué le faltaba al Mundial de motociclismo para ganar en atractivo? Que Valentino Rossi, su gran dominador, su dictador, abandonase Honda, la eterna ganadora, la marca vencedora por antonomasia, y cambiase de moto.

¿Qué le faltaba al circo de las dos ruedas para que regresara la incertidumbre a la pista? Que Yamaha, la segunda gran marca del mundo, fichara a un piloto ganador, verdaderamente campeón; que contratase a alguien capaz, con su sola presencia, su listeza, su intuición y manos, de convertir una moto vulgar en candidata al título.

Pues todo eso ha sido posible gracias a la postura de la dirección de Honda, que retó a Rossi a dar el salto más difícil, a buscar casi un imposible: derrotarle a los mandos de una Yamaha. Honda le dijo a la cara al dottore que quien ganaba era su RC211V y que, si quería, podía irse a Yamaha. Y Rossi aceptó el reto. Y ahí está, a las puertas del primer gran premio, que tendrá lugar este fin de semana en Suráfrica, habiendo metido el miedo en el cuerpo a todos los japoneses de Honda y, por supuesto, a sus adversarios tras derrotarlos en los dos últimos ensayos de pretemporada. Eso sí, sólo en una vuelta rápida, en Montmeló y Jerez. Pero ya le temen. Dos vueltas que han metido el miedo en el cuerpo a toda la parrilla.

El campeonato que arranca el domingo en Welkom es un Mundial de anuncio. Ahí está el gran favorito de todos, o casi todos, el catalán Sete Gibernau (Honda), posando desnudo para Spidi, su marca de botas. Y el mismísimo Rossi (Yamaha), vestido de Dainese, como si fuera Superman.

OTROS Los hay que creen que Valentinik no pilota, vuela bajito. Y Max Biaggi (Honda) luciendo el amarillo de Camel con luz propia. Y Dani Pedrosa (Honda), llegado del infierno, haciéndole un guiño a la vida a lo James Bond con sus gafas Arnette. Y Roberto Rolfo (Honda), el subcampeón mundial, compañero de Elías, luciendo su reloj Lotus.

Los hay que no lo han pasado demasiado bien haciendo de hombres anuncio, de modelos a seguir, a imitar. "Por suerte", reconocía recientemente Sete, "mi anuncio no se ha visto demasiado en España. Fue muy divertido hacerlo, pero algo embarazoso. Yo soy un tipo tímido y tuve que pasarme casi tres horas desnudo delante de 20 personas". Nada que ver con el desparpajo mostrado por Basi, la madre de Pedrosa, en el anuncio de Cola-Cao, donde, por cierto, quien menos sale es el campeón de 125cc.

Todo en este Mundial que arranca en la punta de Africa, lejos de la vieja Europa, la cuna del motociclismo, sabe a novedad, a intriga, a ilusión. Empezando por los que han dado el salto de categoría, como Dani Pedrosa y Arnaud Vincent, campeones de 125cc, que correrán en dos y medio, o aquellos, como Rubén Xaus y Neil Hodgson, que pasan de Superbikes a MotoGP.

Pero lo más sorprendente ha sido el trasiego de pilotos entre marcas. La huída de Rossi a Yamaha ha sido contrarrestada por Honda con Alex Barros. Temerosa la marca alada de que esa incorporación no fuese suficiente, ha reforzado el equipo con el norteamericano Colin Edwards, bicampeón del mundo de Superbikes. Por cierto, muy molesto con Honda: "Hace dos años prefirió a Nicky Hayden antes que a mí: él era campeón de EEUU, cierto, pero yo era bicampeón del mundo de Superbikes. Pero eso está ya olvidado".

Y no sólo en MotoGP. Toni Elías ha decidido convertirse en el candidato de Honda al título de dos y medio antes que seguir siendo uno más en Aprilia. También en 125cc ha habido una curiosa movida. Héctor Barberá, en un escándalo que ha durado meses, ha dejado a Jorge Martínez Aspar y se ha ido con el holandés Clarence Seedorf, futbolista del Milan. A Barberá le ha seguido Bautista. Y Derbi, que confía ciegamente en el mallorquín Jorge Lorenzo, ha contratado al polémico Angel Rodríguez, que tendrá la mejor oportunidad de su vida: pilotar una bala roja.

El que empieza es un Mundial donde existen urgencias históricas. El cambio de Rossi a Yamaha ha dejado desnudos a todos sus rivales, se han quedado sin excusa. Ni Biaggi, ni Sete, ni siquiera Carlos Checa, tienen ya justificación alguna para no ganar. Igual les sucede a Elías y Fonsi Nieto en dos y medio. Deben enlazar podio con podio para evitar críticas. Algo similar a lo que le puede ocurrir a Lorenzo.

Sólo hay un piloto al que se le tolerará todo, el valiente Pedrosa. "Ni yo ni nadie creía poder recuperarme tan bien, tan rápido", reconoce Dani, que muestra su sorpresa: "Me he adaptado muy rápidamente a la dos y medio, una moto con muchísimos más caballos que mi pequeñita Honda. Pero es un placer pilotarla". "Este niño", explica Alberto Puig, el inventor de Pedrosa, "es muchísimo más bueno de lo que yo pensaba, lo juro".

VELOCIDAD DE VERTIGO Un Mundial que empieza a dar miedo, pues hasta 10 pilotos superaron recientemente, en la recta de Montmeló, los 340 kilómetros por hora. Fue, de nuevo, Loris Capirossi y su impresionante Ducati Desmosedici quien rompió el récord, a 347,7 km/h. "Cuando a esa velocidad sacas la cabeza de la cúpula de la moto para frenar es como si te dieran un martillazo, el impacto es tremendo, tremendo", asume Capirex.

Capirossi es, por cierto, quien peor clasificado está en las encuestas que circulan en internet, donde, cómo no, todo el mundo apuesta su dinero a favor de que Rossi renueva el título. Por eso sólo pagan 2,35 euros por victoria, cuando el título de Carlos Checa, se paga a 30 euros por euro. Apuesten, si quieren, en Betandwin.com o Globet.com.

La cosa está tan complicada que ni Sito Pons pronostica. El, claro, confía ciegamente en Max Biaggi, pero no las tiene todas consigo. "El cambio de Rossi ha abierto aún más el Mundial. Ahora hay un montón de pilotos dispuestos a tomar el relevo, a hacerle sombra. Para mí, Max y Sete son los grandes favoritos, pero Rossi es mucho Rossi".