El muro del tercer cuarto . La expresión que corre por internet es afortunada y empieza a extenderse entre los aficionados del Cáceres 2016, preocupados por la asiduidad con la que a su equipo se le han ido por el desagüe los partidos debido a una deficiente actuación a la salida del vestuario.

Los datos lo confirman esta temporada y la pasada. De 41 partidos computados en total --34 en la 2008-09 y 7 en la actual--, el equipo extremeño ha ganado el tercer cuarto en solo 14 de ellos (12+2). Los 27 parciales en contra restantes han terminado pesando demasiado a menudo.

Algo parece fallar en la puesta en escena de la segunda parte, en la que a menudo los jugadores han salido fríos, sin acierto ni en defensa ni en ataque. Buscar los porqués resulta demasiado complejo, porque no hay un patrón que explique estos hundimientos. Pero será difícil emerger en la presente campaña si no se encuentran soluciones pronto.

El partido del pasado viernes ante el Clínicas Rincón Axarquía fue un ejemplo extremo de esta molesta tendencia. El Cáceres 2016 parecía tener controlado el choque en el intermedio, al que llegó con un tanteo de 44-32. Un 14-26 posterior le dio la vuelta a la situación y disparó los nervios y los silbidos de muchos.

De siete partidos jugados, el conjunto de Manuel Hurtado ha ganado en dos terceros cuartos, frente a Tenerife en la primera jornada (12-14) y Breogán en la quinta (20-24). En ambos casos se acabó imponiendo al final. En el resto, derrotas parciales frente Girona (22-20), CAI (23-15), Tarragona (14-11, un partido que se venció luego) y Melilla (19-15).

En la campaña 2008-09 también se encuentran varios ejemplos en los que un mal tercer cuarto ha lastrado las posibilidades de victoria, inutilizando un buen primer tiempo en muchos casos. De hecho, solo se ganaron 12 de 34 tanteos desde el minuto 20 al 30, una marca que hubiese hecho bajar al equipo varios puestos en la clasificación de haberse extrapolado a los totales. De hecho, de los últimos 14 partidos de esa temporada, en 12 se perdió el tercer cuarto. La paradoja es que entonces en las bajas se multiplicaban en la plantilla y era en cierto modo comprensible el desgaste físico porque los minutos se repartían entre pocos jugadores, pero ahora todo el equipo está disponible y solamente Perico Sala arrastra molestias de consideración. Tras más de un mes de baja por su operación nasal, Juan Sanguino ya se vistió de corto el viernes, aunque no llegó a saltar a la pista.