La denuncia de presuntos casos de amaños de partidos para favorecer a los apostadores, lanzada el pasado lunes por la BBC y la plataforma Buzzfeed, está provocando toda clase de reacciones. El suizo Roger Federer se mostró escéptico sobre la extensión de esa práctica entre los jugadores de élite, pero ayer el escocés Andy Murray no fue tan condescendiente tras ganar su partido en Melbourne ante el alemán Alexander Zverev.

"Yo creo que existe un poco de hipocresía en todo este asunto", aseguró Murray. "A los jugadores no se les permite ser patrocinados por compañías de apuestas mientras, en cambio, sí pueden patrocinar torneos. Suena un poco extraño ¿no?", ha criticado el nº 2 mundial.

La denuncia que explotó el lunes habla de que, en la última década, unos 16 jugadores situados entre los 50 mejores --alguno de ellos ganador incluso de un Grand Slam-- están bajo sospecha de haber aceptado sobornos por amañar partidos y favorecer así a apostadores. Algunos de estos tenistas estarían incluso compitiendo ahora en Australia.

Murray ha asegurado que nunca se le ha acercado nadie para arreglar un partido, pero cree que las autoridades del tenis, encarnadas por la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) debería hacer más para educar a los jugadores, especialmente a los más jóvenes, sobre los peligros de la corrupción. "Yo he sido consciente de ello desde que era muy joven, y pienso que cuando determinada gente viene con grandes sumas de dinero y tú eres muy joven, algunos pueden cometer errores", concluyó uno de los mejores tenistas del mundo.