El escocés Andy Murray se impuso al español Rafael Nadal por 6-4, 5-7 y 6-3 en dos horas y 45 minutos para proclamarse campeón del torneo de exhibición que por primer año se ha disputado en Abu Dhabi.

En pleno comienzo de la temporada, con Nadal como número uno del mundo, Murray completó una semana de preparación fenomenal en este torneo antesala de los primeros oficiales que se avecinan, con Doha (Qatar), Brisbane (Australia) y Madras (India) a punto.

Para Nadal, con indumentaria nueva, mucho más seria que en sus años anteriores, la incursión en esta competición millonaria ha servido para reencontrarse de nuevo con el juego después de permanecer dos meses sin partido alguno tras sufrir una tendinitis en el tendón cuadricipital y medirse aquí con los mejores del mundo, siete de los diez primeros, como previa para la defensa de su primer puesto.

Pero ganar al ruso Andrey Davidenko en dos sets fue poca preparación para que Rafa intentase el título en la final contra Murray, que había disputado dos partidos antes, con victoria ante el estadounidense James Blake y el suizo Roger Federer, esta última para constatar que sus aspiraciones de ser el máximo rival de Nadal por el número uno son un hecho.

El propio Nadal tras perder la final, destacó el juego del siempre incómodo Murray. "Ha jugado muy bien, y si sigue a este nivel, incluso puede ganar el Abierto de Australia", dijo el zurdo de Manacor, quien comentó que estos días en Abu Dhabi había sido "increíbles, mejor imposible".

"Estoy contento aunque podía haber sido mejor, pero ha sido un buen test para comprobar como estoy de nivel", añadió Nadal, que con esta derrota no pudo vengar la última afrenta que Murray le infligió en la semifinales del Abierto de EE.UU. cuando el escocés impidió que el español disputase tres finales seguidas del Grand Slam.

El sobrado talento de Murray se impuso en el tercer set, cuando se decidió a atacar con más solvencia. Rompió en el séptimo juego, cuando los dos jugadores corrían con un desmayo impropio de una exhibición y ganó tres juegos consecutivos para alzarse con el título después de disponer de tres bolas de partido.

Todo ello tras haberse anotado en 48 minutos la primera manga. La segunda fue más disputada y tras varias alternativas en el marcador, el set acabó cayendo del lado del español por 7-5, con un juego muy intenso, impropio de un partido de exhibición a estas alturas de temporada.