La selección española de baloncesto es algo más que el liderazgo de Pau Gasol o la genialidad de Juan Carlos Navarro. Dentro de ese casi fanático ejército que persigue la medalla de oro en el Europeo está un extremeño, José Manuel Calderón, que además puede presumir de haber sido titular en todos los partidos.

Calderón (Villanueva de la Serena, 29-9-81) pone el toque castúo con su porte de baloncestista moderno, de base con físico extremadamente poderoso --1,91, 92 kilos-- y talento a raudales. Antes de la concentración ni siquiera tenía un puesto fijo, pero su músculo y capacidad defensiva, además de su descaro en ataque, le han otorgado similar protagonismo que al del otro director de juego, el experimentado Carles Marco.

EL PRECEDENTE

Su vida parecía señalada hacia la canasta desde muy pequeño. Su padre había sido un clásico del baloncesto villanovense, un excelso tirador, y él empezó a jugador con apenas siete años, siempre en el Doncel. Siendo apenas un cadete, con trece, fue reclutado por el Tau para marcharse a Vitoria y confirmar lo que ya entonces eran unas condiciones deslumbrantes.

En la capital vasca, siendo apenas un adolescente, sedimentó una madurez que ya se intuía y, sin descuidar nunca los estudios, siguió creciendo como jugador, acudiendo a todas las convocatorias de la selección española. Su generación es la misma que la de Gasol y Navarro, pero sufrió una gran decepción cuando no pudo proclamarse campeón del mundo junior en 1999 en Lisboa por una inoportunísima lesión.

SALTO A LA ACB

Cedido entonces en el Lucentum Alicante, consiguió el ascenso a la ACB, en la que debutó un 15 de octubre del 2000 ante el Cáceres. Precisamente frente a los verdinegros ha completado dos enormes partidos en el multiusos, el segundo de ellos en la temporada siguiente en una nueva cesión en el Jabones Pardo Fuenlabrada. Desde la grada, sus padres y su entonces novia, Ana Hurtado, celebraban dos motivadísimas exhibiciones con triples, mates y, sobre todo, victorias de sus equipos.

Gracias a momentos como ésos el Tau decidió recuperarlo y darle una oportunidad en el verano del 2002. Su convocatoria con la selección absoluta, con la que fue tercer base en el Mundial de Indianápolis, le avalaba. Después pasó con nota la campaña a las órdenes del sargento Dusko Ivanovic, se casó hace dos meses y se ganó el puesto dentro del sueño español en Suecia. Lo más doloroso para él fue tener que dejar fuera a otro compañero generacional, Carlos Cabezas.

El futuro no ha hecho más que empezar. Ha flirteado incluso con la NBA, entrando en las quinielas para el último draft . Recientemente, al mítico Joe Dumars --exjugador y ahora director deportivo de los Detroit Pistons-- le llamó la atención: "defiende y tiene buenísimas piernas", dijo al diario As . Los informes de la liga norteamericana también destacan su visión de juego y su primer paso para penetrar en la zona.

Como persona, los que le conocen destacan de él que es un chico tranquilo, culto, nada endiosado y que sabe lo que quiere. Ni siquiera ha dejado los estudios --un hecho habitual en los deportistas de élite-- e intenta sacar tiempo para aprobar alguna asignatura de Empresariales.