En Cádiz, con su clásica sorna, le llaman "Percha", porque le sobresalen un poco las orejas, pero le quieren mucho. Enrique Ortiz, nacido en Zafra, criado en Azuaga y lanzado futbolísticamente en el Cacereño, ya es futbolista de Primera. Hasta altas horas de la madrugada del sábado estuvo celebrando el ascenso del Cádiz, en el que ha tenido un papel fundamental en la segunda parte de la competición.

"Me he acostado a las siete de la mañana", confesaba ayer por la tarde a este diario, aunque con la voz casi intacta. Estaba a punto de marcharse a la enésima recepción oficial. "Ha sido impresionante, lo mejor que le puede pasar a un futbolista. La gente está disfrutando con nosotros tanto como nosotros con ellos", añadía.

EL NUEVO IDOLO Y es que el equipo gaditano terminó campeón de Segunda Divisióncon Enrique como referencia en la banda derecha del ataque, formando una buena sociedad con el veterano ariete asturiano Oli. Su juego agresivo ha encandilado sobre todo en el fondo norte del estadio Ramón de Carranza.

Sin embargo, no todo ha resultado gloria en la tacita de plata . Tuvo un desembarco difícil hace un año y medio procedente de Cáceres. Fue traspasado por unos 120.000 euros (alrededor de 20 millones de pesetas) y asistió desde lejos al descenso de los que hasta hacía poco habían sido sus compañeros. Y en Cádiz se le reprochaba que no podía creerse ya la estrella del equipo, que tenía que emplearse en defensa. Y ha terminado siendo titular indiscutible, marcando goles importantes, dando asistencias y provocando penaltis como el que supuso el 0-2 el pasado sábado frente al Xerez.

Relativamente cercano --apenas cinco años años-- quedan los tiempos en los que andaba perdido en la Tercera andaluza, en el Maracena, de donde fue repescado por Angel Marcos para el Cacereño, el club en el que había debutado muy joven en Segunda División B. Ahora tiene todos los números para cumplir su contrato de dos temporadas más en la máxima categoría. "Marcos ha sido un hombre fundamental en mi carrera. Se acordó de mí cuando nadie lo hacía", explica el extremo. En el recuerdo de muchos aficionados está su espectacular temporada 2001-02, cuando superó la cifra de 40 goles en Tercera División.

EL PASADO Su corazón se ha teñido de amarillo ("la del Cádiz es la mejor afición del mundo, todos lo saben"), pero sigue siendo verde en el fondo. Está muy pendiente de la mala racha deportiva que atraviesa su exclub. En Cáceres se casará el próximo día 2 de julio rodeado de compañeros de profesión.

"Estaré allí el próximo miércoles", avanza. Su teléfono móvil se ha bloqueado de llamadas y mensajes de felicitación procedentes de Extremadura. Una de las primeras fue la de David Rocha, su teórico sucesor en el papel de ídolo en el Príncipe Felipe y a quien recomendó para el Cádiz. "Tiene mucha calidad", afirma Enrique, un tipo feliz.