Conociéndole, Lucio Angulo debe estar ironizando por las esquinas a cuenta de su nombramiento como mejor jugador de la undécima jornada de la LEB Oro. Es, sobre todas las cosas, un tipo adicto a reírse de todo, pero sobre todo de sí mismo, con una brillantez exquisita. No es de extrañar que estos momentos los acoja con cierta distancia un jugador de su extensísimo currículum, de su veteranía, de su materia gris.

Los 38 puntos de valoración que obtuvo el alero aragonés del Cáceres 2016 el pasado viernes ante el Ourense no han tenido rival en el resto de la jornada. El segundo, el explacentino Fran Robles (Alcázar), se quedó en 30, y el tercero, Kahiem Seanwright (León), en 28.

20 puntos, 10 rebotes, 4 robos, 3 asistencias, 7 faltas recibidas, apenas un par de fallos en el tiro... 38 puntos. Casi tantos como años tiene. Los cumplirá el 9 de abril. Por esa fecha andará meditando ya si seguir jugando, o quizás sacándole un chiste a lo que dijo de él Paco García, el técnico del Ourense: "El baloncesto es un juego para listos y Lucio lo es. Da igual la edad. Podría jugar hasta los 50 si le da la gana". Gustavo Aranzana no se quedó atrás en los elogios, consciente en su fuero interno de que el partido no se hubiese ganado sin la ingente aportación de Angulo surgiendo del banquillo.

Otro con gracia --aunque más bien andaluza-- es Carlos Cherry. En su twitter lo ha escrito ya dos veces en las últimas horas: "No tengo palabras y lo repetiré toda la semana. Don Lucio Angulo MVP. 38 valoración".

´Luciomanía´

No solo compañeros y entrenadores alucinan con la longevidad de un hombre que promedia 8,1 puntos, 3,5 rebotes, 1,5 asistencias y un 57% en tiros de dos en 22 minutos en pista. Entre la hinchada cacereña se ha creado una indisimulada veneración por Angulo. Fue en los foros de internet donde surgió la idea de llamarle "Don Lucio" como mensaje de respeto y la última iniciativa ha sido la creación de un grupo en Facebook al que pueden unirse todos aquellos que, como reza su título, "hayan tenido el honor de disfrutar del baloncesto viéndole jugar".

Por encima de los halagos, lo suyo es la pista. Entre sarcasmo y sarcasmo, su obsesión es estar bien físicamente de lo que él llama "achaques". Un crack .