No hubo emoción, ni batalla. Los 15.000 aficionados que llenaron la central de Wimbledon solo pudieron dedicarle una gran ovación a su compatriota Andy Murray cuando entró en la pista. Nada más. Una hora y 45 minutos después, el tenista escocés se marchaba cabizbajo tras haber encajado un duro correctivo de Rafael Nadal, que acabó con sus esperanzas y las ilusiones de la afición de forma apabullante al vencerle por 6-3, 6-2 y 6-4. El número dos del mundo no estaba para concesiones y salió dispuesto a decidir por la vía rápida para evitar que se encendiera la caldera de la Catedral como sucedió el pasado lunes, cuando Murray remontó dos sets al francés Richard Gasquet y la euforia se desató en las gradas.

La prensa británica titulaba Braveheart Murray y Rey León, hablaba de la "batalla de los bíceps" y hacía reportajes con aficionados mostrando su musculatura. Ante ese ambiente que se presumía hostil, Nadal solo pidió "respeto" a través del blog que escribe en The Times.

Si hubo alguien preparado para la batalla fue Nadal. El tenista manacorense entró con los cañones cargados dispuesto a disparar sin discreción hasta hundir a la frágil fragata escocesa que tenía al otro lado de la red. Murray le concedió el derecho de sacar. Primer síntoma de temor. Nadal lo aprovechó para ganar en blanco ese juego. El tenista escocés aguantó el pulso hasta el 3-3. Salvó los dos primeros break points en el siguiente juego. Pero Nadal iba ajustando cada vez más sus bombas amarillas a las líneas y echándole cada vez más al fondo con su derecha. Así, en el octavo puso fin a las dudas.

Su exhibición fue abrumadora. Su rival saldrá del partido que hoy deberán acabar el alemán Rainer Schuettler y el francés Arnaud Clement (6-3, 5-7).

DERROTA DE FELICIANO A Nadal no le podrá acompañar en las semifinales Feliciano López. El tenista toledano dejó escapar una oportunidad única de hacer historia para el tenis español. La tuvo en sus manos, pero dejó que se escurriera según pasaba el partido contra Marat Safin, que acabó derrotándole por 3-6, 7-5, 7-6 (7-1) y 6-3. Apoyado en su poderoso servicio (se marchará del torneo con 111 aces), Feli se apuntó el primer set y estuvo a dos puntos (0-30) con 5-5 de romper el saque de Safin y encarrilar la segunda manga. Pero no solo no lo logró, sino que además cedió su saque para permitir que se igualara a un set. Su confianza desapareció definitivamente en el tie break del tercero.