Mejorar el saque. Ese es el principal objetivo que se ha marcado Rafael Nadal cara a la próxima temporada. El número 2 del mundo es consciente de que su servicio está lejos del nivel de su clasificación. Esta temporada ha finalizado en el puesto 48º en la lista de aces, con un total de 240 (3,5 por partido), muy lejos de los 928 (11,9 por partido) que ha conseguido el croata Ivan Ljubicic, el mejor bombardero del circuito (ver gráfico).

Nadal es consciente de que ese es uno de sus puntos flacos, especialmente en pista rápida, por lo que ha decidido ponerse deberes y trabajar de forma específica este golpe, en el que aún tiene un gran margen de mejora y que será fundamental para el cambio de juego que pretende para el próximo año.

Para conseguir su objetivo, el tenista manacorense se está sometiendo a sesiones intensivas con su tío Toni Nadal desde que hace un par de semanas llegó de disputar la Copa Masters en Shanghái. "Rafa hace series de 40 saques durante más de tres horas cada día para mejorar la coordinación del golpe y conseguir la máxima efectividad", explica su entrenador, consciente de que su sobrino debe mejorar aspectos fundamentales como "la colocación de los pies y lanzar la bola más alta porque se la tira demasiado baja".

Entrenamiento nocturno

En las últimas semanas, Nadal no ha tenido ni un día de descanso e incluso el pasado lunes, en que viajó a Madrid para presentar un videojuego y llegó a Manacor a las ocho de la noche, su tío lo recogió en el aeropuerto para llevárselo a un entrenamiento nocturno. Nadal acepta esa disciplina sin rechistar. "Si hay que hacer seis horas de saques, se hacen. Creo que en los primeros cuatro días hice más de mil saques, pero eso es lo que toca. Si quiero hacer mas aces hay que trabajar", explica el jugador.

"Queremos lograr los máximos puntos gratis, como hacen los buenos sacadores", razona Toni Nadal para explicar el draconiano régimen de entrenamientos al que ha sometido a su sobrino y que continuará hasta que el 29 de diciembre se marche a Chennai (India) para disputar el primer torneo del 2007.

La preparación estaba prevista llevarla a cabo el año pasado en la pretemporada, pero debió posponerse por la lesión en el pie izquierdo que tuvo a Nadal más de tres meses parado. Un duro sistema que no es nuevo para Nadal y que su tío ya practicaba con él de pequeño.