El revés de Jo-Wilfried Tsonga salió paralelo y botó un metro lejos de la línea de fondo. Era el enésimo error del tenista francés (apuntó 59) y la forma de acabar con el suplicio que estaba pasando en la plaza de toros de Los Califas. Rafael Nadal no estaba dispuesto a permitirle un triunfo como el que había tenido el día anterior en el doble. El número 1 español dio la estocada definitiva y el pase de España a la final de la Copa Davis al vencerle con claridad. Tres sets (6-0, 6-2 y 6-4), en 2 horas y 17 minutos.

Por sexta vez (octava en la historia) desde el primer triunfo en el 2000 en Barcelona, España tendrá la oportunidad de conquistar su quinta ensaladera de plata en 11 años, demostrando ser el mejor equipo de la última decada del tenis mundial.

Argentina que sorprendió a Serbia en Belgrado (1-3) será el rival al título del 2 al 4 de diciembre, posiblemente en Valencia, aunque también Madrid opta a albergar esa cita.

"Para lograr 5 finales en 11 años una competición como se tienen que dar muchas coincidencias. Primero tener jugadores del máximo nivel, después que jueguen y que den el máximo y nos daremos cuenta con el tiempo de este éxito", destacaba tras su triunfo Nadal, mientras en la pista Fernando Verdasco se enfrentaba a Richard Gasquet, en un partido que no valía para nada pero si en la moral de dos jugadores y que ganó el madrileño (6-2 y 6-1), que no dio el máximo en el doble.

MAXIMO RENDIMIENTO Nadal y David Ferrer, ayer espectador feliz y uno de los héroes de la victoria en la anterior eliminatoria en Austin contra EEUU en la que no estuvo el mallorquín, rindió al máximo ante Tsonga. "No sé calcular el porcentaje de mi rendimiento en pista porque no hay medidores así, pero lo que puedo asegurar es que he dado el 100% para jugar a pesar de no estar en mi mejor forma física", recordaba el número 2 mundial que aún arrastra el jet lag de su viaje desde Nueva York el martes tras perder la final del Abierto de EEUU.

Si el primer día sufrió porque se notaba con un tono físico muy bajo, aunque Gasquet le ayudó entregándose rápido, ayer ya dio otra imagen. "Rafa, como siempre, saldrás por la puerta grande", se leía en una pancarta. Y salió con las dos orejas y el rabo.

DESAFIO IMPOSIBLE Tsonga quiso impedirlo. Pisó la arena con la fuerza moral de un triunfo arrollador en el partido de dobles del día anterior. Junto a Llodra solo dejaron ganar tres juegos a Fernando Verdasco y Feliciano López (el resultado más humillante para un doble español en la Davis desde 1953). El tenista francés, al que su capitán Guy Forget reservó para ayudarle a recuperarse físicamente de su regreso de Nueva York, se sentía fuerte para el desafío. Lo demostró desde el principio con un ace a 210 kms/h. Pero enfrente no estaba cualquier rival. Al otro lado de la red estaba el seis veces campeón de Roland Garros, un jugador que solo ha perdido un partido (el primero en el 2004 ante la República Checa), de los 18 que ha jugado en Copa Davis. Nadal supo templar la salida desbocada de un rival mucho más peligroso que lo había estado el primer día Gasquet. Paciencia, concentración y lucha por cada punto como si fuera el último. Esa era la filosofía, la de siempre, la que no falla.

Tsonga forzaba con su saque, le daba a la bola con una fuerza tremenda, intentaba presionar, pero el resultado era descorazonador. El francés cedió el saque en el primer servicio tras 9 minutos de lucha y el set en blanco, sin poderle ganar un punto al resto a Nadal (solo ganó seis en todo el partido). El primer juego no se lo apuntó hasta 41 minutos de empezar y el guión no cambió hasta el final. Nadal rompió hasta siete veces el saque de Tsonga para redondear la faena en 2 horas y 17 minutos (6-0, 6-2 y 6-4). Luego se desbocó en Los Califas de Córdoba donde el jugador se ha ganado inscribir su nombre con los de Manolete o El Cordobés, entre otros.