Zapatillas rojigualdas nuevas y listas para estrenar en la final de la Copa Davis contra la República Checa en la que ayer Radek Stepanek lució una raqueta con los colores rojo, blanco y azul de su bandera. Olvidados los malos recuerdos de su paso por el Masters de Londres. Concienzado para afrontar el objetivo que se había marcado para este final de temporada. Rafael Nadal se entrenó a tope ayer en el Sant Jordi, rodeado de operarios que aún trabajaban en el montaje final de la pista, en una doble sesión de dos horas con Juan Carlos Ferrero por la mañana y por la tarde con David Ferrer.

Concentrado, buscando las mejores sensaciones sobre una tierra que no pisaba desde hacía seis meses, Nadal parece haber encarado con fuerza la Copa Davis en un escenario en el que vivió la primera victoria del 2000 como abanderado del equipo español con 14 años. "Está cogiendo las sensaciones de la tierra, está a un buen nivel de tenis y si no hay problemas el viernes estará preparado para ayudar al equipo", dijo Toni Nadal.

Menos seguro se mostraba su compañero Fernando Verdasco que ayer realizó el primer entrenamiento tras la lesión muscular que arrastra desde la Copa Masters en Londres. El tenista madrileño, número 2 del equipo, no quería adelantar acontecimientos sobre su recuperación. "Ojalá esté en el equipo el miércoles", decía tras su primer contacto con la pista.

Verdasco estuvo peloteando con Albert Costa en la cancha anexa del Sant Jordi y bajo la atenta mirada de Angel Ruiz-Cotorro, médico del equipo español y Vicente Calvo, fisioterapeuta particular del tenista. "No quiero movimientos bruscos, no fuerces nada" le decía el capitán español preocupado por esa elongación en el psoas que tiene en su pierna derecha.

Antes del entrenamiento el doctor realizó una ecografía y una resonancia que repetirá mañana ya para que Costa tome una decisión definitiva.