Les falta un partido, pero nadie duda de que Roger Federer y Rafael Nadal se verán las caras por tercera vez consecutiva el próximo domingo en la final de Wimbledon. Después de 14 días de torneo, los dos mejores jugadores volverán a lanzarse el guante sobre la hierba. Antes de hacerlo deberán superar hoy el trámite de las semifinales: el número uno del mundo, ante el ruso Marat Safin (14.00 horas, Canal+), y después, el número dos contra el alemán Rainer Schuettler, que ayer ganó su partido aplazado el día anterior ante el francés Arnaud Clement por 6-3, 5-7, 7-6 (8-6), 6-7 (7-9) y 8-6, en cinco horas y 12 minutos tras dos interrupciones por culpa de la lluvia y tras salvar un match ball con 5-4 en el quinto set.

Mientras tanto, Nadal como Federer se pasaron el día relajados a la espera de esos dos partidos previos. Ambos estuvieron entrenando en las pistas de Aorangi, solo separados por una pista. Nadal fue el primero en llegar para pelotear con su mánager y extenista Carlos Costa, que se vistió de corto para la ocasión y a la media hora de jugar estaba ya fundido. "Me está matando", decía mientras resoplaba y buscaba aire en los parones. Fue una práctica ligera, sin tensión, olvidadas totalmente las molestias de su rodilla derecha. "Está perfecto, ni contractura ni nada", sonreía Toni Nadal después del entrenamiento que finalizaron con un partido de fútbol-tenis que enfrentó a la pareja formada por su sobrino y Rafael Maymó, su fisioterapeuta, contra él mismo y Costa.

TONI NADAL, ORGULLOSO El técnico mallorquín no ocultaba su satisfacción por el juego de Nadal en Wimbledon y especialmente por el partido que hizo ante Andy Murray. "Jugó dos sets a un nivel altísimo". Toni Nadal fijaba su objetivo en el tenista que peloteaba a unos 20 metros de ellos. El pentacampeón del torneo. "¿Federer Es el favorito claro. Solo hay que mirar sus números. Federer siempre está ahí", dijo dando por hecho que el suizo ganaría a Safin hoy.