Ganar o no ganar, esa es la cuestión. La única. Roger Federer y Rafael Nadal lo tienen claro. Una final no se juega, se gana, y a eso saldrán hoy (15.00 horas, Cuatro y Canal+) preparados a la pista los dos mejores tenistas del mundo siempre y cuando el tiempo no lo impida, ya que las previsiones meteorológicas anunciaban lluvia durante todo el día. Unicamente el tiempo puede arruinar una final tan esperada entre los aficionados como ansiada por ellos dos. Por sexta vez consecutiva el número uno y el número dos del mundo se jugarán un título en Londres o París. Nunca antes en la historia centenaria de este deporte se había repetido la final en Roland Garros y en Wimbledon tres veces.

"Es completamente increíble, pero no es casualidad. Da la impresión de que cada uno de nosotros tiene el destino del otro en sus manos. Si yo no estuviera, Nadal ya sería número uno del mundo y él, por su parte, me ha impedido lograr ciertas cosas", admitía ayer Federer, recordando sus fracasos en Roland Garros. Por eso ayer evitaba cualquier comparación con la última final y el 6-0 encajado en París. "No habrá revancha. La gente habla de esas cosas, pero Wimbledon es otra cosa. La hierba no es la tierra, aquí soy el campeón".

Nadal también lo tiene claro. "No es normal jugar tantas finales juntos. Hemos coincidido en la misma época dos jugadores capaces de hacer eso", decía el tenista manacorense en una improvisada rueda de prensa que mantuvo con los enviados españoles en la terraza de la zona reservada a los jugadores.

RECUPERAR SENSACIONES Lo hizo después del entrenamiento que realizó en la pista número 14, la misma que luego utilizó Federer, que se alargó durante dos horas. "Hay que recuperar sensaciones y el nivel de los días anteriores", argumentó su tío y entrenador Toni Nadal, preocupado por el partido que hizo su sobrino el día anterior ante Rainer Schuettler. "Empezó muy fácil pero después se despistó y no jugó bien", admitía. El técnico manacorense confía en que a la tercera sea la vencida y Nadal pueda levantar la copa que más ilusión le hace. "Rafa puede ganar, claro, pero sabe que para conseguirlo deberá jugar al máximo nivel. Tendrá que salir mentalizado, con una actitud positiva y concentrado en cada punto. Si lo hace así y presiona desde el principio para hacer dudar a Federer, tendrá su oportunidad", explicaba el técnico, que piensa que los dos jugadores "tienen tanto a ganar como a perder".