Rafael Nadal salió satisfecho por primera vez de la Rod Laver Arena. La primera prueba real la había superado con nota. En 2 horas y 30 minutos acabó con las ilusiones del croata Marin Cilic, número 15 mundial, al que venció con más facilidad de la que podía suponer por 6-2, 6-4 y 6-3. Una victoria que le permite estar por quinta vez consecutiva en cuartos de final del Abierto de Australia donde se enfrentará a su amigo David Ferrer, que se coló por primera vez en esta ronda en Melbourne tras ganar al canadiense, de origen también croata, Milan Raonic, por 4-6, 6-2, 6-3 y 6-4. La presencia de un español en las semifinales del torneo está ya asegurada.

"Me he encontrado mejor de piernas, mentalmente más concentrado, he mantenido un buen ritmo y he sacado mejor cometiendo muchos menos errores. Me ha gustado todo mucho más que el otro día. Creo que he dado un salto muy grande", valoró el número uno mundial.

Por primera vez desde que debutó en el torneo Nadal se sintió cómodo. Y una de las razones es que no sudó como se quejó en el anterior partido ante el australiano Bernard Tomic. Esta vez no tuvo que cambiarse de camiseta constantemente porque la empapaba. "No he sudado ni la mitad, el cuerpo parece que mejora", comentó. No solo era una cuestión de la gripe que arrastraba sino de utilizar una talla mayor de la camiseta denominada Fearless Rafa Fuego que Nike ha fabricado exclusivamente para su equipación con un tejido denominado Dir FIT que, en teoría, debería dejarle transpirar y expulsar el sudor.

"Así corre más el aire. Igual no me queda tan bien pero estoy aquí para hacer un buen torneo, no para lucir camiseta", explicó.

Y Nadal parece ya preparado para el asalto al casi imposible Rafa Slam : Ganar el título y como consecuencia los cuatro grandes de corrido. Para eso le quedan tres partidos, tres finales a cual más complicada y necesita encontrar las mejores sensaciones y su mejor juego.

Mañana le espera un Ferrer en un excelente momento de forma. El tenista alicantino ha empezado la temporada muy fuerte y lleva nueve victorias seguidas y ha ganado el título en Auckland. Ante el desconocido Raonic se mostró rapidísimo de piernas, con un excelente servicio y un resto eléctrico con el que machacó al gigante canadiense (1,96 metros).