Este año sí. Este año Rafael Nadal sabe de verdad lo que es Wimbledon. La otra cara de un torneo que ha desesperado a más de uno. Lluvia, frío, largas esperas y mucha paciencia. Eso es lo que toca esta vez. De momento no ha habido día en que la lluvia no hiciera su aparición por el All England Tennis Club y las predicciones de los próximos días no son precisamente buenas. Nadal solo ha podido jugar dos partidos desde que debutó el pasado martes en el torneo. Hoy, si el tiempo no lo impide de nuevo, podrá disputar el partido de tercera ronda que tiene pendiente con el sueco Robin Soderling desde el sábado.

"Esto es desesperante, lluvia, lluvia, lluvia y más lluvia. El año pasado el tiempo fue mucho mejor", se quejaba ayer en el blog que escribe diariamente para un periódico británico. "Fue un día para nada. Me quedé sin jugar, sin partido y sin entrenamiento, nada". Nadal tuvo que esperarse en el club hasta que se decidió suspender la jornada del sábado definitivamente después de más de tres horas. Luego se fue a su casa para descansar y terminar el blog en el que se quejaba por la situación que le espera a partir de hoy. "Mañana no hay partidos. Esto significa que el lunes, quién gane, después también deberá jugar el martes. Es incomprensible", decía.

Ayer el panorama cambió un poco y aunque por la mañana llovió, luego Nadal pudo entrenarse al mediodía con Juan Carlos Ferrero, que hoy también jugará, aunque la ronda de octavos, contra el serbio Janko Tipsarevic. Los dos estuvieron practicando en las pistas de entrenamiento de Wimbledon durante 15 minutos y lo dejaron porque aún estaban demasiado resbaladizas. Nadal optó por marcharse a la casa que IMG ha alquilado en Wimbledon y donde se aloja su mánager, Carlos Costa, para comer con él y ver la carrera de fórmula 1, mientras Ferrero lo hacía en el club. Luego se fue al hotel en el que se aloja en el barrio de Chelsea.

EJERCITANDOSE "Ha dejado ir el brazo un poco, nada más, pero a estas alturas poco hay que practicar, lo importante es que recupere el tono y no baje la intensidad por este parón", explicaba Josep Perlas, entrenador del tenista valenciano. Nadal, en cambio, aprovechó la ventaja que tiene de estar a cuatro pasos de Wimbledon para hacer un entrenamiento más intenso de 4 a 5 de la tarde.

Nadal necesitaba jugar a pesar de que le espera una complicada semana en la que puede pasarse los primeros días sin descansar porque si gana a Soderling hoy (Canal+, 12.00), mañana deberá jugar el partido retrasado de octavos contra el vencedor del duelo entre el ruso Mijail Youzhny y el finlandés Jarkko Nieminen.