En su mejor temporada, con 10 títulos en 13 finales y tras haber recuperado el privilegio de ser número 1 del mundo, Rafael Nadal tropezó ayer en las semifinales del torneo Masters 1.000 de Shanghái y no podrá medirse de nuevo con su antecesor en la cima del tenis mundial, el serbio Novak Djokovic, en uno de esos clásicos duelos en los que ya se han convertido sus choques.

El argentino Juan Martín del Potro, 1,98 metros de jugadorazo cuando todo le sale bien, completó uno de los mejores partidos de su vida en el torneo chino y apeó (6-2 y 6-4) en semifinales a Nadal, que de esta manera se perderá la final de un torneo por segunda vez este año. El tenista mallorquín solo había estado ausente del partido decisivo en Wimbledon, donde cayó en primera ronda ante el belga Steve Darcis. En los demás casos, siempre había estado en la final, habiendo ganado 10 de 13, con sus únicas derrotas en Montecarlo y Pekín (ambas ante Djokovic) y en su retorno tras siete meses de lesión, en Viña del Mar (Chile), ante el argentino Zeballos.

La derrota de ayer no pone en peligro el número 1 de Nadal, ya que Djokovic no sumará puntos aunque gane hoy la final porque defiende el título del año pasado. El serbio, que se deshizo sin problemas de Jo-Wilfried Tsonga por 6-2 y 7-5 (Nole lleva 28 victorias seguidas ante tenistas franceses), lleva 19 partidos seguidos ganados en China, donde suma cuatro título en Pekín y dos en Shanghái (2008 y 2011).

Djokovic, que ha ganado cuatro títulos este año, y Del Potro, que lleva tres y se clasificó ayer para la Copa Masters de Londres, estarán en una final en la que en principio no debía fallar Nadal. Pero el mallorquín se encontró con un rival ayer inaccesible, que dominó el partido con su servicio y su impresionante golpe de derecha.

Nadal, que no había cedido ni una vez el servicio en todo el torneo, vio como Del Potro se lo rompía tres veces, mientras que el manacorense no transformó ninguno de sus seis puntos de rotura. Tuvo un 80% de acierto en su primer servicio.