El dominio de Roger Federer se pondrá una vez más a prueba en el Abierto de Australia que comienza hoy, lunes, en las instalaciones del Flinders Park en Melburne, a las que regresa el español Rafael Nadal para poner más difícil el que sería el tercer título del suizo.

Federer hará su reaparición oficial en el circuito este año en el primer grande de la temporada. El jugador de Basilea no ha disputado torneo ATP alguno, pero, eso sí, lleva ya varios días tomando contacto con las instalaciones en las que ya triunfó en el 2004 y en el 2006. En su puesta a punto en la tradicional exhibición de Kooyong perdió en la final ante Andy Roddick.

Su último torneo ganado, la Copa Masters de Shanghai, queda ya lejos y sirvió para poner fin a una gran temporada en la que Federer acabó por tercer año consecutivo como número uno del mundo tras sumar un total de 13 títulos, tres de ellos del Grand Slam (Abierto de Australia, Wimbledon y US Open).

MAS RETOS Federer afronta ahora un nuevo año, marcado por varios objetivos, su tercer Abierto de Australia, su quinto Wimbledon y por supuesto, su primera victoria en Roland Garros, y confiado porque haga lo que haga, incluso perdiendo todos los partidos que juegue, romperá el próximo 26 de febrero el récord de Jimmy Connors de semanas consecutivas al frente de la clasificación mundial (160).

Independientemente de su juego en Kooyong, el estado de forma de Federer es una incógnita por despejar, pero el juego del suizo se amolda perfectamente al rebound ace australiano, donde en las tres últimas intervenciones solo ha cedido un partido, contra el ruso Marat Safin en las semifinales del 2005 (20 victorias y una derrota).

Para Nadal, ausente el pasado año debido a una artritis postraumática en el pie izquierdo que le tuvo alejado de las pistas durante cuatro meses, su participación este año constituye un auténtico reto. Nunca en dos participaciones ha podido pasar de los octavos de final porque en ambas (2004 y 2005) le doblegó la experiencia del australiano Lleyton Hewitt. Australia es para Rafa el peor Grand Slam de todos, por el momento.

Este año el enemigo del bicampeón de Roland Garros es su abductor izquierdo, maltrecho en las semifinales del torneo de Madras frente al belga Malisse y perjudicado después en la primera ronda de Sydney, donde tuvo que retirarse. Nadal ha dedicado la pretemporada a mejorar su servicio y sus golpes ganadores, y para ello se ha hartado de sacar y sacar bolas puliendo su movimientos para aumentar su efectividad.

El tenis español confía en Moyá, finalista en 1999, Robredo y David Ferrer, porque son los que mejor lo han hecho en el inicio de sesión, en Sydney, y Auckland, respectivamente. Moyá perdió en la final de Sydney ante James Blake, rival en primera ronda en Australia, y Ferrer ganó a Robredo el título de Auckland.

Los estadounidenses Andy Roddick y James Blake, sobre todo este último gracias a su gran inicio de temporada, y el ruso Marat Safin, ganador en 2005, figuran siempre entre los favoritos, una lista de la que parece haberse caído el jugador local Lleyton Hewitt, algo tocado físicamente y sumergido en una crisis de identidad que le ha llevado a rescindir su contrato con el técnico Roger Rasheed.

En el cuadro femenino, Amelie Mauresmo confía en defender el título que ganó sorprendentemente el pasado año, aunque esta vez la francesa no tendrá en el cuadro a la jugadora con la que se enfrentó en la final en 2006, la belga Justine Henin-Hardenne, número uno del mundo, que se dio de baja en Sydney y en Melburne por razones personales, que no ha querido desvelar.