El asalto a Australia ha empezado. Rafael Nadal, Fernando Verdasco y Carla Suárez ya están entre los últimos ocho pretendientes al único título de Grand Slam que aún no ha conseguido ningún tenista español. Los tres presentaron su candidatura después de acceder a los cuartos de final. Les queda lo más dificil y sus opciones de conseguirlo no son las mismas pero han demostrado tener armas suficientes para afrontar las tres últimas batallas que les quedan a orillas del río Yarra en Melbourne.

Tanto Nadal, como Verdasco y Suárez han demostrado la consistencia de juego, capacidad de lucha y máxima concentración para afrontar la hora de la verdad en condiciones. De ello pueden dar fe el chileno Fernando González que perdió con el número uno mundial por 6-3, 6-2 y 6-4; el escocés Andy Murray que cayó ante el último héroe español de Copa Davis por 2-6, 6-1, 1-6, 6-3 y 6-4 y la valenciana Anabel Medina que cedió el paso a su compañera tras perder por 6-3 y 6-2.

PRECAUCION "La final está muy lejos. hay que ir paso a paso", recalcó Nadal. Sabe lo que dice porque esta no es la primera vez que se encuentra en una situación así. En el 2007 cayó en cuartos precisamente ante González al que ayer trituró y el año pasado sufrió una paliza en semifinales ante el francés Jo-Wilfred Tsonga. Las dos veces Nadal llegó a esa fase del torneo muy justo de fuerzas. Este año no es así. Nadal es el único jugador que aún no ha perdido un set.

En Melbourne su derecha se ha convertido en un martirio para sus rivales tanto por la velocidad que imprime, el peso que le da y los ángulos que consigue aunque él sigue buscando la perfección. "Estoy jugando a un gran nivel y eso da tranquilidad, aunque debo mejorar el saque si quiero seguir ganando", advirtió Nadal, que se enfrentará ahora a Simon, con quien perdió en el pasado Masters Series de Madrid. El francés logró el pase a cuartos al imponerse a su compatriota Gael Monfils que se retiró cuando perdía 6-4, 2-6, 6-1 y 30-0 por lesión.

CHARLA CON AGASSI Verdasco se ganó el pase por primera vez a unos cuartos de final de un Grand Slam con una autoridad impresionante y ante un Murray que figuraba entre los cuatro fantásticos que optaban de salida al título. Pero ayer si alguien fue fantástico fue el tenista madrileño, que ofreció un recital de saques, restos y derechas con los que hundió al escocés.

Verdasco, que ha seguido un plan de preparación especial en el rancho de Gil Reyes, preparador físico de André Agassi, con quien el madrileño desveló que estuvo charlando durante dos horas y le dio consejos para afrontar los partidos.

"La conversación es secreta, pero me ha ayudado", dijo el tenista que explicó que emocionalmente lo estaba pasando mal estos días "por mi ruptura con Ana (Ivanovic) y otras cosas de familia". Como ya se ha publicado, Verdasco tiene sangre extremeña: su madre es pacense.