José Carlos Romero Infante, conocido deportivamente como 'Checa', fue ayer la voz de la plantilla del Cacereño, que vive a medio camino entre el dolor por la nueva derrota en casa --ante La Hoya Lorca por 1-2 el domingo-- y el rechazo a continuar jugando en El Cuartillo.

"Es un campo malo, sí, pero no tenemos otro. Nadie queremos jugar ahí. Ni la afición, ni nosotros ni el presidente refiriéndose a Antonio Martínez Doblas", apuntó. "Sé que están trabajando para que salgamos de allí, pero es lo que hay", añadió, elogiando a la junta directiva. Apreció el apoyo de la afición, pero censuró que se critique a los responsables del club. "A nosotros siempre nos animan, incluso viendo lo que estamos dando, que a lo mejor no es mucho. Y es duro que silben a gente que está trabajando tanto. Todo esto se arregla estando todos unidos", indicó.

Checa dio la razón a quienes protestan por el traslado al campo de la Diputación, a la que no obstante agradeció haber cedido sus instalaciones. "Todos lo sabemos. El presidente es el primero que lo sabe. El es el primero que no quiere estar allí, pero pidió una ayuda y es la que le dieron. La tuvo que coger para que siguiera habiendo fútbol. En Segunda B no se gana dinero con el fútbol y a gente como él y como Juan Bermejo en el Arroyo hay que hacerle un monumento", manifestó.

VUELTA A CASA Abogó abiertamente por regresar al estadio Príncipe Felipe lo antes posible. "Es nuestra casa y están trabajando para encontrar una solución", señaló. Eso sí, dejó claro que no le gustaría ir a otra ciudad a jugar los partidos como local: "El Cacereño es de los cacereños, pero a lo mejor lo que yo pienso no vale para nada. El que manda no soy yo. Si es por mí me quiero quedar en Cáceres, aunque sea en El Cuartillo. Lo primero es el Príncipe Felipe. Si no, donde sea, pero aquí".

En opinión del centrocampista andaluz, "sería estupendo que ya ante el Arroyo --dentro de dos semanas-- pudiésemos jugar en otro sitio".

A nivel personal, reconoció abiertamente su culpa cuando cometió un penalti que supuso el 1-1 ante La Hoya Lorca y su expulsión. "Hubo dos partidos: uno, más o menos controlado hasta el minuto 84, y otro a partir de entonces, que es la jugada en la que la lío. Me equivoco, perjudico al equipo y a partir de entonces ellos se crecen y nos ganan", afirmó. Dijo no tener muy claro si el balón iba a gol o no antes de que él lo frenase con la mano.

"No hay que buscar excusas. No fue culpa del árbitro, ni del equipo ni de El Cuartillo. El fallo fue mío", destacó, sin saber encontrar una explicación a lo que le ha sucedido al Cacereño en las tres derrotas caseras tras empezar ganando. "Podría tirar de tópico y decir que el fútbol es así, pero no sé. Tenemos que aprender de los errores y estamos trabajando en ello".