El Mérida encara su viaje a Melilla bajo mínimos con un sancionado (Julio de Dios), tres lesionados (Juanlu Hens, Chema Mato y Álex Bernal), más otro prácticamente descartado: Javi Gómez. Al preguntarle a Mehdi Nafti por él, el técnico afirma que «no le veo, hoy (por ayer) ha entrado con el grupo para las jugadas a balón parado, pero todavía está dolorido».

Así pues, seguramente dos juveniles tendrán que completar la convocatoria. Ante esta tesitura y teniendo en cuenta que el Melilla todavía no sabe lo que es encajar un gol en su casa, lo que demuestra la dificultad del partido, Nafti sabe que «todo el mundo nos ve perdiendo en Melilla, y no me disgusta ser el humilde y el pobrecito de la peli», porque el entrenador romano tiene claro que «mis jugadores tienen amor propio». Por eso, argumenta, «la presión sigue siendo la misma y la autoexigencia máxima. Hay gente que va a entrar en el once y quiere demostrar que tienen un puesto y no vamos a ir a Melilla a hacer turismo».

También quiso destacar cómo festejó su tanto Javi Gómez el pasado domingo: «Me emocionó más la celebración que el propio gol, yendo para el banquillo para abrazarse con los suplentes. Eso dice mucho de un grupo, porque el que no juega lo pasa mal».

Del Melilla señaló que «es más jugón que otros años con muy buenos jugadores de la categoría», mencionando especialmente al exjugador emeritense Yacine, «que me encanta».

Después elogiar las bondades del equipo melillense, Nafti quiso poner de relieve que «tan malos que somos, ahí estamos a tres puntos de ellos. Miro la clasificación y me da alas. Esto es muy largo y va a haber muchos altibajos, mira San Fernando o Écija ahora». Por eso, en la pelea por conseguir los objetivos que estaban marcados, no hace números más de allá de Melilla y de seguir siendo fuertes en casa.