La organización de la final de la Copa Davis será un negocio redondo para Barcelona, si nos atenemos a las cifras que maneja la Federación Internacional de Tenis (ITF). La ciudad recibirá un estímulo económico de 25 millones de euros por el largo fin de semana de competición, según calcula el organismo internacional. La cifra suma los ingresos directos, indirectos, inducidos y catalíticos. El total multiplica por seis el impacto conseguido por Mar del Plata en la final del año pasado entre Argentina y España.

Joan Margets, presidente adjunto de la ITF, justificó este espectacular incremento en la mayor capacidad del pabellón (16.500 personas caben en el Sant Jordi), el precio de las entradas, la cotización del euro y un mayor número de visitantes por cuestiones geográficas. Se calcula que un total de 13.000 espectadores proceden de fuera de Cataluña. De ellos, unos 1.600 son seguidores del equipo checo. La organización de la final costará a Barcelona 2,2 millones de euros, incluido el fijo de un millón de euros abonado a la española. De ellos, Barcelona espera recuperar poco más de un millón a través de los ingresos propios. Pero el efecto financiero indirecto compensa la inversión. "Barcelona puede sacar pecho porque lo que ha invertido la ciudad queda ampliamente compensado por el espectacular impacto económico que obtiene", aseguró Margets.