«Me disculpo en mí nombre y en el de mis jugadores. En 25 años que llevo de profesión pocas veces me he sentido tan impotente». Ñete Bohigas intentó estar sereno, tranquilo, pero su tristeza y estupefacción resultaban evidente unos minutos después de la rotundísima derrota de su equipo, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, ante el Cafés Candelas Breogán (50-113). «Son mucho mejor equipo, pero no nos merecíamos el hecho de perder así. Nos han humillado», agregó.

En la sala de prensa estuvieron escuchando sus explicaciones el presidente, José Manuel Sánchez, y directivos como Abelardo Martín. Otros hombres fuertes de la entidad rumiaban el desastre en el antepalco, intentando darle sentido a una noche dolorosamente histórica en el basket local.

El resultado del viernes fue noticia a nivel nacional: la diferencia más amplia en la historia de la LEB Oro. Y abre una temprana crisis el equipo verdinegro, que tendrá que levantarse rápidamente porque el próximo martes visitará la complicada cancha del Unión Financiera Oviedo.

«INSEGURIDADES» / Bohigas indicó que en sus jugadores hay «demasiadas inseguridades y dudas» y que «tienen que ser más duro. Ahora solo pienso en la cancha en meterme en la cancha a trabajar con ellos, que levanten la cabeza. Tenemos que recuperarnos anímicamente».

Según dijo, había detectado «mejoría» en los entrenamientos, aunque aún no ha ganado en tres jornadas. «Nunca había tenido números así, con 18 total de valoración, con tantos jugadores en negativo. No es nuestra realidad. Quiero pensar que es una anécdota, que hemos tenido la desgracia también que nos pase en nuestra casa. Ahora tenemos que poner cada uno nuestro granito de arena para salir adelante», añadió.

También apeló a que el Cáceres «es el equipo de la ciudad» y pidió que no hubiese «dramas», poniendo como ejemplo su vida familiar: «Cuando mi hijo suspendía, yo le quería más y estaba más cerca de él».

«Me duele que nuestra afición haya visto un partido así, pero nos ha tocado. El vestuario está tan jodido o más que yo porque a nadie le gusta verse humillado en la cancha. La LEB Oro es muy dura y eso hay que aprenderlo a marchas forzadas», explicó.

Descartó además que vaya a haber fichajes en breve: «Me siento entrenador de club y no pasamos por nuestra mejor época económica. Esto que tenemos es con lo que tenemos que luchar. Es nuestro trabajo». Oviedo aparece en el horizonte como redención o mayor caos: «No podemos salir acomplejados», deseó. «Vamos a competir. Seguro».