Como suele suceder en tiempos de normalidad, Neymar trata de imponer sus reglas dentro y fuera de las canchas. Y como se cree excepcional, días atrás se fue de compras y desestimó las llamadas a quedarse en casa de las autoridades sanitarias cariocas.

Neymar tiene una mansión en Angra dos Reis, una zona paradisíaca de Río de Janeiro. La propiedad le ha costado ocho millones de euros. Cuenta con muelle privado, helipuerto, spa, piscinas, un gimnasio totalmente equipado y siete dormitorios.

Bajo esas condiciones de confort, lejos de París y de la zona más afectada por la pandemia, Neymar espera que pase pronto la tormenta del coronavirus. Pero también encuentra la posibilidad de transgredir las prescripciones.

De acuerdo con el diario O Dia, la estrella del PSG fue vista en el Shopping Piratas. El astro salió atiborrado de productos y regalos del centro comercial. Ney entró y salió de los negocios con su acostumbrada sonrisa de despreocupación.

El brasileño vuelve a posicionarse en la órbita del Barça y su regreso (se estima que por 180 millones de euros) coge fuerza, pese a la antipatía que generó su marcha y los diversos pleitos judiciales que mantiene con la institución barcelonista. Parece el futbolista que el presidente Bartomeu quiere para tapar los desacertados y multimillonarios fichajes realizados a lo largo de los años para cubrir su despedida, como Dembélé, Coutinho y Griezmann.