Increíble Chris Horner. Increíble cómo sube, cómo afronta con su bici los durísimos porcentajes de las cuestas más complicadas de esta Vuelta, ayer en Peña Cabarga, en Cantabria. Es, sin duda, el mejor escalador de una ronda española aliada con las subidas y donde un corredor de casi 42 años, lo nunca visto, saca de rueda a todos. Si sigue así ganará la Vuelta, entre otras cosas porque solo está a tres segundos de Vincenzo Nibali y porque todavía no ha fallado en ninguno de los montes de la prueba. Increíble.

Aseguran quienes lo conocen bien, quienes han trabajado con él, quienes se entusiasman por su sonrisa y su forma campechana de ser, que los años no cuentan y hasta que en el nuevo ciclismo se pueden dar una circunstancia como la que ahora invade la Vuelta: que un ciclista que ha superado los 40 años haga historia y gané una carrera de tres semanas para batir no solo los récords de la ronda española, sino los del Tour y el Giro. Empezó tarde en esta profesión deportiva y por lesiones y accidentes nunca se ha quemado por lo que su edad solo son dos números en su pasaporte.

Pero no deja de ser increíble que cada día que pase Horner demuestre que es el más fuerte, sacando de rueda al vencedor del Giro, al tercero del Tour y a todo un Alejandro Valverde, que se mantiene tercero de la general, a solo 1.09 minutos que le otorgan posibilidades para imponerse en la Vuelta. Purito Rodríguez, que ayer fue el primero en desatar la ofensiva en Peña Cabarga, está algo alejado. A 2.24 minutos de Nibali y 2.21 de Horner. Conociendo su forma de comportarse, no se conformará e intentará volver a atacar, hoy en el Naranco y mañana en El Angliru.

TRIUNFO DE KIRYENKA Nibali se antoja cansado para llegar de rojo a Madrid y Valverde, que fue segundo en el 2008, en la ascensión al Angliru, por detrás de Alberto Contador y por delante de Purito, debería repetir precisamente esta subida si quiere ganar la carrera.

En Peña Cabarga triunfó en solitario Vasili Kiryenka, el ciclista que hasta el año pasado era gregario de Valverde y que fue fichado por el Sky para ayudar a Chris Froome en el Tour, donde abandonó al llegar fuera de control, tal como ya le había pasado en el 2012 en las filas del Movistar. Irregular, como pocos, el corredor bielorruso es una máquina el día que como ayer anda fino. Pero el más fino de todos es Horner.