Pero no todo ha sido sencillo para el líder. Cuando el equipo estaba encaramado cómodamente en lo más alto, recibió dos golpes dolorosos: la derrota en el derbi con el Espanyol (1-2) y el caótico partido del Calderón (4-3). La sensación de que el Barça era vulnerable se extendió. El Madrid se acercó peligrosamente con su buena racha y las dudas sobrevolaron Can Barça. "Nadie ha dicho que esto sea fácil, si perdemos es por culpa nuestra", contó Guardiola.

Ni una sola coartada buscó el técnico, pese a que el equipo solo sumó un punto de nueve posibles. Desde entonces, y con el Madrid más cerca que nunca --a cuatro puntos-- otro despegue brutal: 10 jornadas, ocho victorias, dos empates, 29 goles a favor y siete en contra. La fortaleza del Barça se demostró también con los grandes (Madrid, Valencia, Sevilla y Villarreal), con cinco victorias y dos empates. Ninguno le pudo ganar.