O vence esta noche el Nissan Al-Qázeres al Quesos El Pastor de Zamora (20.45 horas, pabellón Serrano Macayo) o lo que le queda de liga regular, dos jornadas, se le harán muy largas. El último tren hacia los ‘playoffs’ sale y es obligatorio ganar, ya que si no todo se pondría muy cuesta arriba, incluso ganando al Araski (fuera) y al Ensino (casa) en los otros dos encuentros que quedarán. Se cumplió el primer objetivo de la temporada, ir a la Copa de la Rey, pero el segundo pende de un finísimo hilo.

No afronta el conjunto de Ángel Fernández este desafío en las mejores condiciones. Ni Paula Ginzo ni María Romero se han recuperado estos últimos días --y puede que no vuelvan a jugar hasta la próxima temporada-, por lo que solo hay ocho jugadoras de la primera plantilla disponibles. Aun así, el técnico reiteró ayer en varias ocasiones que su equipo parte con esperanzas de evitar lo que sería la quinta derrota consecutiva.

«Estamos intentando entrenar con ritmo e intensidad dentro de lo que se puede. Seguimos teniendo ilusión por competir y sacar el partido ante el Zamora. Queremos alargar nuestros minutos de buen juego, porque en los últimos encuentros hemos pasado de cien a cero de repente», analizó.

Fernández alertó sobre el hecho de que, para el rival, esta cita «es una final, porque si gana se habrá salvado matemáticamente» y que se trata de «un equipo que ha mejorado muchísimo y que nos va a castigar mucho en el juego interior. Tratarán de ponernos un ritmo muy alto para desgastarnos. Es lo que yo haría si me enfrentase a nosotros».

Y es que respecto a las pívots, será interesante lo que haga Vinoise Pierre-Louis, auténtica pesadilla del Al-Qázeres cuando visitó el Serrano Macayo en la primera vuelta con el IDK Gipuzkoa (30 puntos). En San Sebastián no terminó de funcionar, aparte de aquella tarde, pero en Zamora, donde llegó en febrero, está mostrando un gran nivel (18,7 puntos y 8 rebotes de promedio). Akela Maize, Miriam Forasté y Silvia Romero tendrán mucho trabajo con ella. «Para nosotras cualquier rival es muy complicado por el escaso banquillo que tenemos», reconoció el técnico del Nissan Al-Qázeres.

CORRALES Y EL LIDERAZGO / Esa queja sobre la escasez de efectivos chocó respecto a lo sucedido en el último encuentro, en la pista del Cadí La Seu, cuando, disponiendo también de solamente ocho jugadoras, no empezó a utilizar a una de ellas, Elena Corrales, hasta el último cuarto. Lo justificó diciendo que «en un momento dado meter a alguien en relevos de dos o tres minutos es una decisión rápida. Se me pasan muchas cosas por la cabeza cuando hay que hacerlo. Muchas veces este tipo de rotaciones no son fáciles, ya que las jugadoras tienen que tener claro que salen para no cometer errores y, si pueden, acertar».

Por último, a Ángel Fernández también se le preguntó si esperaba más capacidad de liderazgo por parte de algunas de sus jugadoras teóricamente más señaladas para ello. Eludió la respuesta. «Desde el respeto, eso queda para mí», dijo.