Lo dijo clarito ayer Ricardo Vasconcelos: el encuentro que disputa esta noche su equipo, el Nissan Al-Qázeres Extremadura, ante el Campus Promete vale el triple: : ««Es fuera, ante un rival directo y necesitamos salir de la depresión en la que estamos, volver a creer en nosotras mismas. Eso solo lo podemos hacer con un buen partido». Será a partir de las 20.45 horas en el Palacio de los Deportes de Logroño.

El diagnóstico del entrenador portugués no puede ser más preciso. En plena racha de derrotas (cinco en las seis últimas jornadas, todas abultadas), que salga cara o cruz hoy es radicalmente distinto. Si gana, el equipo extremeño se habrá dado un enorme respiro para las próximas semanas; si pierde se habrá metido definitivamente en la lucha por la permanencia, de la que hasta ahora ha parecido ajeno.

Vasconcelos lanzó un mensaje de optimismo, pero no obvió el análisis crudo. «El equipo tiene claro que hay que recuperar las buenas sensaciones», empezó señalando. Pero a continuación no le importó sostener públicamente que «hay jugadoras que no están físicamente como queremos» y que «estamos débiles en lo mental». Enumeró además no pocos problemas contra los que ha batallado durante los últimos días: «perdemos los partidos en cinco minutos», «no podemos competir en esta liga si te meten 50 puntos en una mitad. Ya hemos demostrado que podemos hacerlo. Necesitamos recuperar nuestra identidad defensiva», «las jugadoras vienen con ganas de entrenar, pero un fallo nos echa por tierra ahora mismo, incluso al entrenador».

Cuestionado sobre si se había reunido con los responsables del club para buscar soluciones, respondió que únicamente había podido tener conversaciones telefónicas, pero sin llegar a conclusión clara alguna. «Hemos hablado y planteamos un par de situaciones que tenemos que estudiar. Ahora mismo no tenemos ningún plan de acción para este partido. Seguimos trabajando con lo que tenemos, pero tenemos que pensar si hay posibilidades de cambio. ¿Hay algo en el mercado que nos interesa dentro de las posibilidades del club? Puede que sí, puede que no», comentó.

LA CONFIANZA / Todo al final gira alrededor de la confianza, argumentó: «Si un jugador la tiene, es mucho mejor. Y, si no, es mucho peor». «El equipo se ha deprimido. Con la enfermedad en la cabeza uno no ve la realidad. La gran diferencia está en la cabeza. Si queremos volver a nuestro nivel, debemos tener la capacidad de reaccionar», dijo. Y no cree que fuese «un milagro» haber ganado cuatro partidos en las ocho primeras jornadas.

Una victoria volvería a cambiar el escenario. «Si la logramos, estaremos 5-7. Si nos preguntan esto al principio, todo el mundo lo firmaría. Sería completar una gran primera vuelta para la plantilla que tenemos», aventuró. Precisamente sobre las jugadoras de las que dispone dejó otro apunte: «Cuando la directiva me dijo qué dinero había, sabía que íbamos a luchar por no descender. Desde el principio sabíamos que no teníamos cosas que no teníamos por incapacidad financiera».

Sobre el Campus Promete (tres victorias, una menos que el Al-Qázeres) apuntó que «tiene jugadoras muy fuertes por dentro». Las dos pívots titulares son Vanessa Gidden, veterana pero rocosa, y Leia Dongue, la mozambiqueña que fue fundamental en el ascenso del Al-Qázeres en 2016 y que está promediando 18,1 puntos y 7,5 rebotes nada menos. Por si fuera poco, acaba de incorporar a la alero Kaleena Moqueda-Lewis, con experiencia WNBA, en sustitución de Alazia Blockton. «Es una tiradora que anota con mucha facilidad. Tenemos que intentar que no entre en la dinámica del equipo», apuntó Vasconcelos sobre el fichaje del equipo de Logroño.

¿Y é? ¿Cómo está viviendo todo esto en lo que es su primera experiencia en España? «Estoy aceptando el desafío. Es lo más encantador de la vida del entrenador. ¿Salgo riéndome de casa todos los días? No. ¿Me agarra la depresión algunas veces? Sí. ¿Creo en mis jugadoras? También». Lo dicho: clarito.