No habrá esteladas el domingo en el Vicente Calderón con motivo de la final de Copa. Al menos eso es lo que decidió la Delegación Del Gobierno en Madrid en su reunión de ayer. El motivo de la prohibición no es otro que la aplicación de la Ley del Deporte, que impide la introducción en los recintos deportivos de elementos que pueda originar posibles enfrentamientos y problemas de orden público. Ante la decisión gubernativa, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha decidido no acudir a la final como protesta.

La Federación Española, organizadora del partido, propuso la no exhibición de banderas independentistas que fue inmediatamente aceptada por la Delegación del Gobierno en Madrid al amparo de la Ley del Deporte.

Para la Generalitat, la decisión de prohibir la entrada de banderas separatistas "atenta contra la libertad de expresión". Puigdemont mostró su sorpresa y su decepción: "La bandera es perfectamente legal y democrática". Mientras tanto, el Barcelona emitió un comunicado en el que expresaba "su desacuerdo más absoluto".

En la reunión de ayer, presidida por Concepción Dancausa, a la que asistieron miembros de la Policía Nacional y Municipal, Federación Española de Fútbol, Casa Real, Presidencia del Gobierno, así como una representación del Barça, se acordó además que se realicen cacheos en las puertas del estadio del Atlético de Madrid, estableciendo dos anillos de seguridad.

No es la primera vez que se toma una decisión así. Según la Delegación del Gobierno, esta medida también se adoptó en la final de Copa de hace dos temporadas entre el Barça y el Madrid, en Valencia. La pasada campaña, la final entre los azulgranas y el Athletic de Bilbao en el Camp Nou fue otra cosa. "Todavía no se sabe por qué", admitieron fuentes gubernativas a EL PERIODICO, que recuerdan que la UEFA ya sancionó al Barça por la exhibición de banderas independentistas en la Champions .

SOSPECHAS DE MAS PITOS Tras la tremenda pitada al himno en la final del pasado año en el Camp Nou, el Gobierno no tiene ninguna seguridad de que no se repita la misma situación el domingo en el Calderón. "Esperemos que las aficiones vayan a lo que van, a disfrutar de un partido. Las connotaciones políticas se deben quedar fuera", afirmaron las mismas fuentes.

La final contra el Sevilla ha sido declarada de alto riesgo. Debido al nivel 4 de alerta antiterrorista en el que se encuentra España, el nivel de vigilancia será máximo. El encuentro contará con 2.493 efectivos, entre policías, vigilantes de seguridad y miembros del Samur y Cruz Roja. El aforo del Calderón quedará reducido de 54.961 espectadores a 50.392 por motivos de seguridad. Tanto Barça como Sevilla han recibido 19.390 entradas para sus aficionados.