Natalia Rodríguez, descalificada tras ganar la final de 1.500 metros, se pasó gran parte de la noche del domingo llorando. "Ya no me quedan lágrimas", explicó ayer poco antes de subirse en el avión de vuelta a España. "Ahora me encuentro un poco mejor, pero anoche no podía pegar ojo. Tuve que salir a dar una vuelta por la ciudad porque me era imposible dormir", explicó Rodríguez, a la que mañana organizarán un homenaje en Tarragona tras ser recibida.