Tiene José Manuel Calderón (Villanueva de la Serena, 28 de septiembre de 1981) una ajetreada semana por delante. Su campus de baloncesto, que este año cumple su decimotercera edición, así se lo exige. Y también su futuro. El extremeño, que ha jugado las últimas catorce temporadas en la NBA, medita estos días su futuro, sin descartar nada, ni seguir jugando ni dejarlo para dedicarse a otras cosas, principalmente la familia. Se ha dado un plazo de «una semana o diez días» para decidirlo. Sus hijos, dedicarles más tiempo y disfrutar con ellos, están en el epicentro de su decisión. Y de la entrevista, por las alusiones a ellos y porque no les quita ojo.

-Esta pregunta se la hacemos todos los años, pero cada año es más importante: ¿Hasta cuándo va a seguir jugando al baloncesto José Manuel Calderón?

-Cada año que pasa queda menos de jugar al baloncesto. Ahora mismo quiero tomar una decisión en una semana o diez días. Tengo que ver si las ofertas deportivamente me interesan, no voy a ir a jugar por jugar. Si es algo que pueda ser una experiencia bonita por alguna razón específica, sí. Si no, probablemente lo deje y empiece a plantearme otros retos y otro tipo de cosas.

-¿Cuáles son esas propuestas interesantes?

-Hay muchos tipos. Puede ser que de repente te llegue un equipo que igual tengas la posibilidad de luchar por todo o puede ser que alguien realmente te plantee: ‘Oye, tengo a un jugador súper joven y quiero tener a un veterano al lado que le pueda ayudar’. Nunca ese tenido ese rol de ser un mentor de alguien y podría estar interesante. Pero es algo que hasta que no vea un poco… no lo tengo claro, estoy ahí.

-¿Cuál es su pronóstico, su percepción, su presentimiento? ¿Habrá más NBA para usted?

-Ahora mismo estoy ciencuenta cincuenta. Me gustaría, porque me gustaría llegar al año quince. Pero hay otra parte que si no es algo que de verdad me llame la atención, estos que están aquí [y señala a sus hijos] me llaman más la atención. Estoy dándole muchas vueltas a todo.

-¿Cuáles son sus planes si hay retirada? ¿Dónde va a vivir?

-Vivir en Estados Unidos, por ellos [y vuelve a señalar a sus hijos]. Manuel tiene 9, que es el mayor, y Gonzalo tiene 5. Manuel es bilingüe, habla, lee y escribe en los dos idiomas, y me gustaría darle la misma oportunidad, como mínimo, a Gonzalo, que llegue hasta esos 9 o 10 años y que si me vuelvo luego a España, me vuelva con la tranquilidad de que no se les va a olvidar. Ese es un poco el plan a corto-largo plazo.

-¿Su plan es estar como empresario en Estados Unidos o como…?

-Empresario en Estados Unidos… yo tengo mis cosas allí y mis cosas aquí. Y me podía dedicar a eso, a llevar mis cosas un poco más en el día a día, pero me gustaría seguir un poco involucrado en el baloncesto. Mis empresas, o como queramos llamarlo, no necesitan que esté día a día. Tengo curiosidad por ver cosas de la NBA, de cómo funciona el otro lado del negocio Hay muchas cosas que me gustaría probar y ver. Y estando allí tengo esa oportunidad de ir, ver, visitar, trabajar, ver cuál es el siguiente paso…

-¿Y en qué lugar en concreto de Estados Unidos se quedaría?

-No es fácil mover a la familia, no lo sé, no lo sé.

-Cuando habla de seguir ligado al baloncesto, ¿se le pasa por la cabeza lo de entrenar?

-No. Si no sigo en el baloncesto es por el tiempo, por la flexibilidad con mi familia. Y el entrenador es justo lo contrario. Necesita llegar el primero, se va el último, viaja lo mismo. Es mucho más tiempo fuera de mi casa de lo que es ahora. ¿Me gusta entrenar? Sí, porque me encanta ayudar a los jóvenes. Pero no me veo ‘full time’ como entrenador. Ayudar en algún momento con gente específica lo veo más que entrar en algún equipo como asistente. Esto es a día de hoy, igual dentro de unos años, cuando ellos [sus hijos] sean mayores, por qué no probar lo de ser entrenador.

-¿Cómo vivió la consecución del anillo de los Toronto Raptors?

-Uff, encantado. Ha sido muy especial. Estuve en el partido siete contra Philadelphia que ganaron con el tiro de Kawhi [Leonard] y fue muy especial. Tengo miles de amigos que siguen en la organización desde que yo estaba, amigos que son muy buenos amigos. Y estoy muy feliz por ellos. Y además hemos añadido a Sergio Scariolo, Ibaka y a Marc [Gasol] en los últimos meses. Hay muchas cosas que lo hacen muy especial.

-La irrupción del deporte femenino parece imparable, ¿qué le falta para estar al mismo nivel que el masculino?

-Es cuestión de tiempo. Y es culpa de todos que no lo esté ya. Desde hace unos años se le da más cobertura, pero antes no la tenía. ¿Es el fútbol más que otros deportes? No, pero como es lo que ves todo el rato… Si el niño ve todo el tiempo fútbol, por lo que se preocupa es por el fútbol y no por otras cosas. Lo normal es lo que pasa ahora y ojalá llegue a mucho más. Por suerte está creciendo y cada vez hay más chicas que hacen deporte y a más nivel. Es bueno para todos esta eclosión del deporte femenino.

-Lo de la selección femenina de baloncesto, ¿tiene o no más mérito que lo de la masculina?

-El mismo. Es igual de difícil, es igual de complicado estar tanto tiempo haciendo las cosas tan bien. Todo país puede llegar y ganar una o dos medallas, el tema está en hacer ocho, nueve… es algo increíble, eso es lo complicado.

-¿Qué opina de lo de la marcha de Mirotic al Barcelona?

-Me parece bien. En este país llevamos todo a los extremos, en todo, en deporte, en política, en cualquier cosa. Se va de la NBA porque a su familia le gusta Barcelona como ciudad para vivir, a él le han dado un dinero que creía que era suficiente para poder vivir ahí y al final ha puesto a su familia primero que vivir en Estados Unidos, jugar en la NBA o lo económico.

-Más cercano a usted. ¿Para cuándo la resurrección nacional del Doncel?

-Hemos estado trabajando en ello, para intentar que en Villanueva fuera un solo club, porque tenemos tres. Al final cada uno tiene unas visiones diferentes y no hemos sido capaces de ponerlos en uno. Pero lo bueno es que en Villanueva cada vez hay más niños jugando al baloncesto, que cada club tiene su visión de futuro, de cómo trabajar. Al final, sea el Doncel o sea el que sea, lo bueno es que haya más. Lo importante es que los niños hagan deporte. Y si es baloncesto, como en mi caso, mejor, pero esto no es lo principal.