Fue una noche larga en Arroyo. Directivos, técnicos, jugadoras y afición festejaron a lo grande el ascenso a la Superliga. "La verdad es que no había nada programado porque yo soy muy supersticioso". La voz de Adolfo Gómez, el entrenador extremeño, suena normal, sin estridencias. Como si no hubiera pasado nada, pero él sabe que han pasado a la historia.

El día siguiente a la gesta todo son parabienes. "Estamos superorgullosos". Gómez ya piensa en la temporada que viene, aunque ahora depende de algunas reuniones, tanto en Madrid como en el seno del propio club, que harán que se profesionalice, al menos parcialmente, la estructura del club. Sí adelanta que "vamos a ser competitivos".

Antes de que ello pase toca disfrutar, como en la propia noche del sábado. "Estuvimos todos en El Palacio, uno de los patrocinadores del club, tomando algo. Después nos fuimos a la zona de bares de Arroyo y nos retiramos sobre las dos y media. Las jugadoras se fueron por ahí y me imagino que hasta esta mañana...", contaba con satisfacción el propio técnico por la mañana.