El cliché de que Brasil es el país de la sensualidad se cumplió y el primer culebrón de sexo en la Villa Olímpica de Río 201 6fue protagonizado por atletas brasileños. La tórrida noche de lujuria entre la ‘musa’ de los saltos sincronizados, Ingrid Oliveira, y el piragüista, Pedro Gonçalves, se convirtió en la noticia más comentada por los medios de comunicación de todo el país desde el momento en que el mediático revolcón estuvo a punto de costarle su expulsión de los Juegos a la atleta de 20 años.

Todo comenzó hace nueve días en la noche previa a la gran final de dobles desde la plataforma de 10 metros del sábado donde Ingrid iba a competir junto a Giovanna Pedroso. Al parecer, la joven atleta pidió a su compañera que abandonase el cuarto de ambas en la Villa Olímpica para poder disfrutar de una mayor intimidad con el apuesto palista de 23 años. Lo que en principio serían un par de horas acabó convirtiéndose en toda una noche de pasión que postergó a Giovanna a una incómoda noche en el sofá del apartamento.

EL CANSANCIO

Al día siguiente, el lógico cansancio de Ingrid unido a la incómoda noche de Giovanna provocó que la dupla acabase en el último lugar de la final con un puntuación de apenas 280.98 puntos, es decir, más de 74 puntos por debajo de las chinas. Fue entonces cuando Giovanna explotó y denunció lo ocurrido a los entrenadores del equipo brasileño de saltos. Con la filtración de la noticia en los medios de comunicación la bola de nieve fue creciendo e Ingrid a punto estuvo de ser expulsada de las prueba individual de salto en plataforma de 10 metros que se celebrará el miércoles.

El acoso a través de las redes sociales a la deportista no se hizo esperar. El machismo que impera en la sociedad brasileña unido a la mala marcha de los anfitriones en las competiciones actuó como detonante. “Una derrota en la vida es también una victoria porque te ayuda a crecer. Todo el mundo se equivoca y nadie es perfecto”, explotó ayer Ingrid quien, sin embargo, no dudó en plantar cara sobre sus resultados en la prueba: “Si miráis la competición veréis que mis notas nunca bajaron de seis”.

LA PRUEBA DEL MIÉRCOLES

A pesar de que el incidente ha pasado factura a la imagen de Ingrid y ha supuesto la definitiva disolución de la dupla Oliveira-Pedroso, la joven todavía tendrá una oportunidad para limpiar su nombre de una polémica cargada de machismo por los cuatro costados (nadie le exigió explicaciones a Pedro Gonçalves). El próximo miércoles Ingrid se jugará algo más que una medalla. Si el oro de la judoca favelada Rafaela Silva supuso el reconocimiento de los más pobres, un oro de la joven saltadora supondría el triunfo de las mujeres de todo Brasil.