Desde hace algún tiempo, Kia está viviendo un período de actividad muy intenso y variado por la naturaleza de los modelos que está introduciendo en el mercado. La marca coreana, consciente de que el segmento de los modelos compactos es uno de los que más atención recibe por parte del usuario, vuelve a la carga después del lanzamiento del Cee´d y del Soul con una nueva propuesta.

Si ya tenía una berlina y un todocamino, ahora con el Venga se introduce en el segmento de los monovolumenes compactos. Y lo cierto es que el modelo coreano sorprende por múltiples razones, empezando por un diseño lo suficientemente atractivo como para que resulte agradable a la vista, pasando por un interior muy bien presentado y con una amplitud de espacio que hace que sea un auténtico cinco plazas y terminando por un motor turbodiésel que, sin grandes pretensiones prestacionales, cumple con su cometido y lo hace con consumos muy bajos. Como remate a todo, siete años de garantía, lo que no es poco.

TODO UN EJEMPLO Uno de los aspectos más positivos del Venga y que constituyen todo un ejemplo a imitar es sin lugar a dudas la gran distancia entre ejes que ofrece, pese a medir poco más de cuatro metros. Eso le permite ofrecer mucho espacio en el interior, especialmente para los ocupantes de las plazas traseras, tanto en anchura como en altura libre al techo. Y es que, además, el hecho que el suelo sea totalmente plano y no haya ningún obstáculo de por medio permite que tres adultos se acomoden sin problemas de espacio para las piernas, con la particularidad de que el respaldo también es regulable; por otro lado, el acceso al interior es muy cómodo por la posición elevada de los asientos.

Por si fuera poco, la banqueta trasera puede deslizarse longitudinalmente hasta 13 centímetros y eso facilita, bien el que los pasajeros viajen como si fueran en una gran berlina, o bien disponer de más capacidad en el maletero. Este, con unas formas internas muy regulares, en condiciones normales ofrece una capacidad más que considerable que puede ampliarse con el movimiento del asiento. Con todo, hay que decir que la rueda de repuesto, aunque hay espacio para una normal, es de emergencia.

Por lo que respecta a las plazas delanteras, el espacio es asimismo holgado, con unos asientos amplios que recogen bien el cuerpo pero para nuestro gusto, la banqueta es demasiado larga y en un viaje de muchos kilómetros, acaba cansando las piernas. La posición de conducción es buena con los reglajes de asiento y volante y la visibilidad hacia todos los ángulos, también. No faltan huecos de diferente capacidad además de una guantera de buen tamaño.

En líneas generales, la presentación está cuidada así como también la calidad de materiales, aunque algunos plásticos utilizados no llegan a la calidad que exhiben otros modelos de la marca.

CARA Y CRUZ El motor de nuestra versión de pruebas es el turbodièsel 1.4 litros que rinde 90 CV. Es un motor que tiene una respuesta algo perezosa en tanto el régimen de giro no alcanza las 1.800 revoluciones. A partir de ese régimen, el turbo entra en acción de manera suave pero muy eficaz y el motor empuja con decisión y de manera muy progresiva. En consecuencia, no hay que esperar unas aceleraciones brillantes, ni tampoco una buena capacidad de recuperación, por lo que es necesario no ser perezoso con la palanca del cambio para evitar que el motor caiga de vueltas, pero en cambio sí es posible mantener una buena velocidad de crucero sin problemas.

En frío denota claramente su condición diésel, pero afortunadamente una vez caliente, modera su nivel acústico y ofrece un buen confort de marcha en este aspecto.

La caja de cambios, manual y además con seis velocidades, tiene un tacto muy preciso y unos desarrollos bastante bien escalonados, aunque las dos últimas marchas son largas. De cara al consumo incorpora el sistema parada-arranque automático, algo que es muy eficaz en tráfico urbano. Por lo que respecta al consumo, lo cierto es que las cifras homologadas son muy bajas pero las que obtuvimos en nuestro circuito de pruebas también ya que entre ciudad y carretera gastamos 5,2 litros, lo que le concede al coche una buena autonomía de marcha.

DINAMICO Puesto en la carretera, el Venga ofrece una respuesta dinámica muy buena. Se nota que está hecho en Europa y pensado por ingenieros europeos que han trabajado tanto en el bastidor como en las suspensiones para lograr un buen equilibrio entre efectividad y confort de marcha. Filtran muy bien las irregularidades y en el paso por curva, las oscilaciones de carrocería son apenas perceptibles; puede que incluso alguien pueda encontrar que el reglaje de muelles y amortiguadores peca de firme, pero lo cierto es que la dinámica del coche es muy buena.

La dirección, asistida eléctricamente, es muy suave, precisa y bastante rápida de reacción, en tanto que los frenos, trabajan bien en todo momento, con un tacto de pedal progresivo y resistente a la fatiga.