Cuando Jürgen Klopp se sentó por primera vez en el banquillo del Liverpool el 17 de octubre de 2015, dirigiendo un empate a cero contra el Tottenham en Londres, la situación del equipo era decadente. Décimo en la liga y habiendo ganado uno de sus últimos seis partidos, relevó a un Brendan Rodgers con el crédito agotado. El alemán se definió en su llegada como 'he normal one', en contraste al 'special one' de Mourinho, pero lo cierto es que su mano transformó progresivamente el equipo y el club, colocándolo de nuevo entre los grandes de Europa.

La prueba es que cuatro años después, los de Merseyside se desplazan este domingo a Old Trafford líderes de la Premier y con ocho puntos de ventaja respecto el Manchester City, segundo clasificado, y a punto de igualar el récord de 18 victorias del City de Guardiola de la temporaa 2017/18. De los 18 jugadores que Klopp se llevó al White Hart Lane en su primer partido solo siguen Lallana, Origi, Milner y Clyne. "El equipo actual de Liverpool es un 'All-Stars' de la Premier y la Champions League" siendo una muestra del increíble trabajo hecho por el alemán, escribe Sam Wallace en el Telegraph.

El técnico ha reclutado jugadores para engranar su estilo de 'rock'n roll' futbolístico de ritmo trepidante, presión intensa y, paradójicamente, ordenado en el desorden, navegando entre aguas revueltas. "En su primer partido contra los Spurs, el Liverpool ya corrió 5 kilómetros más de lo que lo había hecho en cualquier partido durante aquella la temporada. Enseguida tuvo un impacto", recuerda el periodista David Maddock en declaraciones a Sky Sports. "Y eso que heredó un equipo mucho peor que el que Ole Gunnar Solskjaer tiene actualmente en el Manchester United", añade.

Klopp trajo en su llegada un director deportivo, figura clave para encontrar los jugadores con las habilidades físicas y técnicas adecuadas y cuidadoso con el tipo de personalidades. Desde el veterano Jame Milner hasta el joven Alexander-Arnold han definido el entorno creado por el técnico como "especial" más de una vez.

OPORTUNISTA EN LAS CAÍDAS

Sin embargo, para alcanzar la gloria europea de la pasada campaña, Klopp ha tenido la paciencia para salir reforzado de los malos momentos. Deportivamente, ha sufrido dos derrotas en las finales de la Europa League y la Champions en 2016 y 2018 respectivamente, hasta incluso llegar a ser apodado como "el perdedor de finales", y ha vivido en la Premier ensombrecido por los éxitos del Manchester City. En el mercado de fichajes la salida de Coutinho al Barça fue un golpe duro para el alemán, pero lo aprovechó para invertir astutamente en el guardameta Alisson y el defensa Virgil van Dijk, puntales ahora irreemplazables en su esquema.

La sensación en Inglaterra es que, como Guardiola en Manchester, Klopp está escribiendo un capítulo dorado en la riba de Merseyside. Ha levantado la Champions y ha dejado partidos icónicos como la remontada imposible contra el Barça en la semifinal europea la temporada pasada. Anfield ha recuperado el orgullo y lo venera. Su aura de ser amable y cínico, genio y loco, lo convierte en alguien único y carismático y demuestra que un entrenador de fútbol debe trascender el futbol para llevar un club a otra dimensión. Su progresión ha sido lenta pero parece que esta temporada, coincidiendo con su cuarto aniversario, llega el florecer del Liverpool de Klopp.