El Juzgado de lo Penal número 2 de Las Palmas ha condenado a nueve meses de cárcel y a dos años sin poder conducir al delantero de la UD Las Palmas Sergio Araujo, por negarse a pasar un control de alcoholemia al ser requerido para ello por una patrulla de la Guardia Civil.

El jugador, de 24 años, ya había sido condenado en febrero de 2013, cuando militaba en el filial del FC Barcelona, a pagar una multa y a ocho meses de retirada del permiso de circulación por conducir bebido, unas penas que cumplió ese mismo año.

Ahora se le considera autor de un nuevo delito contra la seguridad vial por haberse negado reiteradamente a pasar un control de alcoholemia en unos hechos que ocurrieron el 26 de septiembre, a primera hora de la mañana, en un carril de incorporación a la autopista GC-1 situado en la localidad de Ingenio (Gran Canaria).

Araujo, según el relato de hechos de la sentencia hecha pública este martes, se puso a volante de su coche en lugar de un amigo, que lo había aparcado en el lateral de la vía porque se encontraba mal.

MANIOBRA EXTRAÑA

Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico que les habían conminado a que retirasen el vehículo pararon a Araujo al ver que hacía una maniobra extraña y, como además apreciaron que olía a bebida, le pidieron que se sometiera a una prueba de alcoholemia. La sentencia reconoce que Araujo pasó el primer test indicativo, pero luego se negó de forma reiterada a someterse a la prueba de confirmación, la legalmente homologada.

Durante el juicio, el delantero argentino alegó que los agentes le habían engañado para que se pusiera al volante y luego hacerle pasar por una prueba de alcoholemia, porque sabían quién era.

También argumentó que no era consciente de las consecuencias de su negativa y que, en el último momento, aconsejado por su padre, quiso pasar la prueba, pero le dijeron que ya era tarde.

CAER EN CONTRADICCIONES

La juez Mónica Oliva González concluye que Araujo cayó en varias contradicciones. "Si el encausado llamó a su padre y le dijo que le iban a llevar detenido, es porque sabía de las consecuencias de la negativa de someterse a la prueba. De ahí que es ilógico que afirme en el juicio que nunca se le informó de ello", razona la magistrada.

La sentencia considera, además, "irrelevante" que en el último momento, después de varias advertencias por parte de los agentes, sí quisiera pasar la prueba.

La juez concede plena veracidad a las denuncias cursadas por las agentes de la Guardia Civil, que "gozan de presunción de mayor objetividad e imparcialidad" y han ofrecido una versión "clara, concreta y persistente".