La era Luis Américo Scatolaro, iniciada coincidiendo con la vuelta al templo verde del Príncipe Felipe, se saldó con un trabajado triunfo del Cacereño ante el Montijo (2-0). Un par de genialidades en forma de asistencia de un descomunal Marcos Torres sirvieron para lograr el objetivo, que no aplaca un problemón de verdadero órdago: la pretendida marcha de Fran Viñuela, que no disfrutó de un solo minuto. Tras el tropezón de horas después del Moralo ante el Diocesano, el equipo terminó líder, la verdadera meta, por primera vez en la temporada. Una proverbial paradoja en un bloque que no enamoró a nadie, pero en el que las individualidades prometen.

Los tiempos han cambiado, aunque no tanto en viejos problemas como el del césped, pese su pretendido adecentamiento, más bien pobre. Si los nuevos rectores del club quieren imponer seriedad, esa que auguran, deben dar una solución definitiva a este maltrecho terreno, en el que el balón sigue botando a modo de saltos de liebre. Dos meses después, el equipo volvía y hacer buen fútbol sigue siendo una empresa harto complicada.

Lo tuvo difícil el CPC ante un Montijo de futbolistas de nivel, entre ellos Albertino, Pantoja y Escorial. Scatolaro (Ximo Mas, su teórico compañero de dupla, estaba en la grada) figuraba en el acta arbitral como auxiliar «encargado del material». Arriba, también en Tribuna, José María Rebollo con su cuerpo técnico destituido y pendiente de arreglar la situación en un club con mucho aún por aclarar.

En lo estrictamente deportivo, el Cacereño hizo un ejercicio sin alharacas. Las diferencias entre una y otra etapa son más bien de nombres: aparte de Viñuela, calentando en banda durante 50 minutos para al final no salir, tampoco estuvieron citados los dos extremos, David López y Miguel Ballesteros, habituales en la primera vuelta y ambos entre los más destacados del grupo.

Con todo ello, el dominio fue siempre de los locales, aunque el primer tercio se saldó sin oportunidades. Tras el susto de la ocasión del montijano Gabri (min. 26), llegaron varias opciones verdes. Falló el talentoso Marcos Torres a quemarropa (min. 32), casi anota Luismi (min. 32) y a Alex García se le anuló un gol en el 38 antes de que en los estertores llegara el pase del primero al segundo para hacer el 1-0.

El tanto del Cacereño presentó una segunda parte como un previsible monólogo de los de Scatolaro. Y así fue, aunque el encuentro tuvo su definición en el 58 con el tanto de Nacho Méndez tras pase de Marcos Torres (2-0). A partir de ahí, el juego no tuvo ritmo, con trazas de juego duro y absurdos piques entre futbolistas y el partido enfiló el final entre cambios y ocasiones de los locales, que ya sí estuvieron sueltos en el juego combinativo. Lo peor fue la lesión final de Pablo.El público, que en el primer tiempo llegó a pitar al equipo, se fue al menos complacido con el resultado, aunque en absoluto esperando lo que iba a pasar por la tarde con el favor del Diocesano con su triunfo en Navalmoral que sitúa a los verdes en lo más alto.

El Cacereño de Scatolaro comienza líder. Aunque su fútbol no enamore, aquí casi todo suena igual. El argentino subrayó lo mismo que remarcó Rebollo: ser campeón es lo que verdaderamente importa. Lo mismo. Y el fútbol, muy similar. La gran diferencia es que el Moralo cae.

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3Goles: 1-0: Luismi, min.45. 2-0: Nacho, min.58.

3 Árbitro: Calvo de Mora. Mostró tarjetas amarillas al local Santi Polo y a los visitantes Lauri y Pantoja.

3 Estadio: Príncipe Felipe.

3 Espectadores: 600.

3Cacereño: Jiménez, Neto, Carlao, Alberto, Santi Polo, Nacho Méndez (min. 73, Pablo, min. 90, Keko), Elías Molina, Marcos Torres, Luismi (min. 88, Juanqui), Javi Navarro y Alex García.

3Montijo: Antonio, Carlos, Jesús, Juanpa, Lauri, Escorial (min. 46, Javi Pérez), Matute, Gabri, José Luis (min. 56, Emilio Tienza), Albertino, Pantoja (min. 65, Beto).