«Yo no me drogo, pero a mis 50 años me pego unos chutes tremendos de juventud». Lo dice, con esa naturalidad tan suya, todo un medallista paralímpico extremeño, Juan Bautista Pérez. El jugador de tenis de mesa espera repetir la gesta de Río 2016, cita en la que fue plata, en Tokio 2020. Pero antes de ello tendrá que ganarse una plaza, que en absoluto tiene asegurada por muy variadas razones.

«Ahora soy cuarto, y hay cinco plazas, pero tengo detrás a dos ingleses a los que les pagan todos los torneos y hay un montón de ellos entre enero, febrero y marzo. Antes se cerraba todo en diciembre, pero ahora el Comité Olímpico da las plazas en marzo. Además, se han reducido: antes eran 16 y ahora son 14 atendiendo a la ‘globalización’ al ser obligatorio que haya participantes de los diferentes continentes, no por ser los mejores».

Pérez asegura que él tiene que estar pendiente de los deportistas ingleses y informa que «tendré que estar muy atento a ver qué hacen y estar a la expectativa a ver si tengo que ir a más torneos, pero claro…», deja caer con ciertas dudas sobre hasta qué punto tiene posibilidades.

El palista, que lleva 28 de sus 50 años afincado en Almendralejo, apuesta en cualquier caso por estar compitiendo en Japón en septiembre «como uno de los favoritos». Sus números son los de una verdadera estrella: ha sido bronce en los tres últimos Campeonatos de Europa y en el último Mundial. En Río fue el único medallista extremeño en Río, dos si se cuentan Olimpiadas y Paralimpiadas, junto el baloncestista José Manuel Calderón. Su última gesta fue eliminar a un jugador de 19 años para meterse en semifinales del Europeo.

Pérez no eleva su queja públicamente, pero sus prestaciones no le llegaron para ser recibido públicamente tras triunfar en Brasil, algo que sí suele ser habitual en deportistas no considerados de capacidades reducidas.

De cara al futuro más inmediato, necesita más apoyo, aunque él agradece siempre el patrocinio de la Fundación Jóvenes y Deporte de la Junta y el de la Diputación de Badajoz. Teniendo en cuenta que los torneos tienen un gasto medio de mil euros, no le llega. La plata significó, además de «3.000 o 4.000 euros» del CSD y una beca de 800 euros mensuales dos años del Comité Paralímpico Español, a años luz de los olímpicos. Los datos son, en cualquier caso, irrefutables, y así quedó evidenciado hace tres años: un oro en las Olímpiadas son 90.000 euros, por 12.000 de las Paralimpiadas.